"Los padres son los primeros y principales educadores de sus propios hijos, y en este campo tienen incluso una competencia fundamental: son educadores por ser padres." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).

viernes, 29 de abril de 2016

El cerebro y las emociones V

MENTE RECEPTORA Y EMISORA

Prenotandos para los capítulos III y IV

Señorío mental. —El Rey de la Creación debe gobernar ante todo el reino de su mente; debe poder abrir sus puertas cuando quiera a las realidades maravillosas de fuera y a los pensamientos alegres y elevadores, y cerrarlas a los tristes y deprimentes.

La actividad de nuestra mente es doble
a)Receptora del mundo exterior mediante sensaciones conscientes (aparato fotográfico o receptor); atención externa suave, a colores, formas, objetos, movimientos, sonidos, etc. Esta atención no cansa. Es tónico del sistema nervioso. Produce alegría, enriquecimiento, paz y descanso. Es un retorno a las realidades materiales o corpóreas.
b)Emisora de imágenes (representación de sensaciones previas) o de nuevas ideas enriquecidas con otras experiencias, o de raciocinios elaborados consciente o inconscientemente (aparato proyector o transmisor); atención interna, creadora. Es trabajar, producir, y puede causar fatiga. Es retornar a las realidades intelectuales internas.
Basamos la reeducación de la mente en la distinción entre receptividad y emisividad de nuestro mundo psíquico, y en el axioma de que simultáneamente no podemos ser plenamente receptores y emisores; estar fotografiando un objeto y proyectándolo al mismo tiempo. Si nos damos cuenta exacta de lo que vemos u oímos, no podemos al mismo tiempo pensar en si lo hacemos bien, o en lo que nos entristece o atemoriza. Y, al revés, si pensamos en la injuria o peligro dejamos de darnos cuenta nítida de los colores y sonidos.
De ahí sacaremos dos consecuencias:
1º Poder descansar en la fatiga cerebral y en las tensiones que vienen de la mente emisora descontrolada, haciéndonos meramente receptores de sensaciones y actos conscientes.
2º Poder frenar las ideas que nos iban a irritar, entristecer o atemorizar, dándonos cuenta nítida de lo que vemos, oímos, palpamos, y hacemos.

III. RECEPTIVIDAD

Todo está en la receptividad (Dr. Vittoz)

La receptividad es un estado activo y consciente a lo que se recibe, y pasivo a todo lo demás. Tener conciencia de un acto no es pensar en él, sino sentirlo.
Recibir sensaciones conscientes comprende no solamente la simple excitación de los sentidos por el ruido, color, dureza, etc., y la consiguiente transmisión de las corrientes nerviosas hasta los centros cerebrales, sino también la vivificación de las sensaciones, la consciencia clara de las mismas y el dejarlas archivadas en la memoria.
El darse cuenta, el ser consciente de algo externo al Yo, de un acto, de un objeto real, no supone esfuerzo alguno ni interpretación propia o ajena del objeto o acto. Es un recibir inmediato, un acoger espontáneo, libre de todo pensamiento y emoción.
Tales sensaciones, de fuera para adentro, no frustradas por la distracción, ni alteradas por pensamientos o razonamientos subjetivos, son tonificadoras del cerebro y del sistema nervioso; producen paz, alegría, tranquilidad y reposo. Dejamos obrara la naturaleza. Es el mundo objetivo que entra en nosotros y nos enriquece con todas sus bellezas.

Si sabes recibirlo en tu interior, te alegrará y apaciguará el azul del cielo, la paz de la noche estrellada, la hermosura y variedad de las flores, la frescura del aura matinal, el susurro de la fuente, el silbido del viento, el verdor de los campos, el trinar de los pájaros, los cantos de los niños inocentes.

Muchas personas, máxime los nerviosos, preocupados, apasionados y casi todos los enfermos psíquicos, rara vez tienen sensaciones nítidas. Viven en su mundo subjetivo triste e irreal. Salen poco al mundo exterior, hermoso y alegre, como criado por la Belleza Infinita, y cuando salen, modifican sus sensaciones con pensamientos extraños, subjetivos, exagerados.


REEDUCACION DE LA CONCIENCIA RECEPTIVA

Sensaciones visuales
Para reeducarte, procura aplicar tu vista por uno o varios segundos a un paisaje, a un objeto, a un color, a un detalle, con atención tranquila, casi pasiva, sin prisas, sin fijar tu pensamiento en otra cosa. Deja que el objeto penetre dentro de ti, a lo más íntimo de tu ser, al centro de tu conciencia. Deja que entre tal cual es, sin esfuerzo, sin modificaciones subjetivas. Tendrás que saber esperar, a veces, a que la sensación llegue a ti. Hay que mirar, no rebuscar. Ver sin decirte nada, sin examinarte cómo lo haces (esto lo harás después). Imita al niño de pocos años, que sólo recibe. Se da cuenta del hecho o del objeto, pero no discurre sobre sus causas o efectos. Para eso conserva tus ojos blandos, y con frecuente parpadeo, tendiendo a la sonrisa. Tras una pequeña pausa, en que los podrás cerrar suavemente y respirar con más soltura, enfoca otro objeto o detalle.
Después de algunos titubeos y fracasos, lo que no tiene que desanimarte, de repente descubrirás que has acertado, que una sensación entró en ti por un instante, sin haber tenido que esforzarte y sin haber pensado en nada mientras la recibías. Prono llegará esto a serte agradable y te dará la impresión de verdadero descanso.
También te convencerás del poder de la sensación para frenar cualquier otra idea, sea de desagrado, preocupación o tristeza; pues mientras recibías la sensación exterior, pararon en ti esas ideas.

Sensaciones auditivas
Aplica tu oído a un sonido próximo o lejano, también por uno o pocos segundos. Déjate penetrar por las ondas sonoras, con naturalidad, sin discurrir sobre el hecho, ni sobre su causa. Sé un mero receptor del ruido, y percíbelo con placer y descanso. Para hacerlo mejor, ayudaría el cerrar suavemente los ojos.
No analices ni te juzgues, ni pienses en el camión, persona u objeto de donde viene el ruido. Aquí también lo importante es que estés plenamente relajado, confiando en tu oído y con la paciencia para esperar a que el sonido llegue a ti. Normalmente el mundo exterior debe llegar a nosotros sin que tengamos que ponernos tensos para recibirlo.
El día en que te acostumbres a dejar entrar en ti los ruidos exteriores, sin tratar de protegerte contra ellos; cuando renuncies a estar a la defensiva y los aceptes siendo mero receptor, caerás en la cuenta de que hay muy pocos ruidos que te puedan molestar.
"He aprendido a beber el sonido", decía graciosamente una paciente. Si recibes así los turbulentos movimientos de carruajes, muebles, o personas vecinas, o el ronquido de tu compañero de alcoba, esos ruidos serán para ti suave murmullo u ocasión de ejercicio de receptividad y medio de distensión nerviosa o muscular.
Yo mismo empecé a mejorar del insomnio, del que sufrí varios años, cuando aprendí a ser mero receptor de ruidos durante el día; y me curé la semana en que, en lugar de taparme los oídos en la cama, quise oírlos recibiéndolos tales como eran. El remedio llegó a ser radical, cuando, tratándose del ronquido de un vecino, conseguí deleitarme en el ritmo y variedad de aquellas ondas sonoras, sin dar lugar a los pensamientos que antes me ponían tenso . Uno era éste: "Ya podía ese vecino esperar a que yo me durmiera"; y el otro: "Si ahora no duermo, no podré trabajar mañana". Pensamientos que fácilmente dominará quien practique los cap. XIII y XIV.

Sensaciones del tacto
Tu mano está sobre la mesa o agarra algo. Recoge esa sensación del contacto de tu piel con el objeto. Lo difícil al principio es no pensar en el objeto, sino sólo sentir algo en los dedos, darse cuenta de esa sensación. Si me digo: "Está frío, es duro, es un lápiz", no hice bien el ejercicio. Me di a interpretar, cuando solo tenía que percibir sencillamente una sensación.
Esta toma de conciencia es un fenómeno que tiene que efectuarse en los dedos o en la parte del cuerpo que se 'pone en contacto con los objetos: pie y suelo, espalda y respaldo, etc., etc.
No te extrañes si, al principio experimentas gran dificultad y no sientes nada. La atención táctil está poco desarrollada en el hombre moderno, incluso a veces puede estar completamente inhibida. Con todo, al recuperarla o encontrarla te habrás enriquecido con uno de los mejores medios para distenderte y descansar cuando lo desees.
Caso práctico. Estás acostado; un torbellino de ideas te invade y no puedes dormir. Si te pones a recibir por unos segundos las sensaciones que te vienen del contacto con las sábanas, llegarás rápidamente a frenar las ideas, aflojar los músculos y facilitar el sueño.
Lo mismo puedes conseguir si, dejando que tu mano o brazo derechos se posen sobre el colchón con todo su peso, sin tú sostenerlos, te das cuenta de ese peso, y luego, que van pesando más y más cada vez. Hazlo después con tu brazo izquierdo, y luego con tus piernas y pies. Pronto llegarás a no sentir nada, porque estarán como muertos, sin movimiento, o lo más probable es, que no lo percibirás porque estarás dormido.
El entrenamiento autógeno del profesor Schultz se basa en esto y en la fuerza de la concentración de la atención, como veremos en el capítulo siguiente.

Sensación de movimiento en mí
Muchos se mueven como autómatas y, aun sin tener enfermedad orgánica, sólo sienten su cuerpo en la fatiga y dolor. La experiencia enseña, que, quien llega a sentir de nuevo las sensaciones normales que vienen del cuerpo, acaba pronto con los síntomas de cansancio.
Lo mismo pasa, dice el Dr. Arthus, con los calambres, agujetas, espasmos, movimientos involuntarios y muchas manifestaciones dolorosas ligadas a estos estados. A condición, por supuesto, de que no provengan de una enfermedad orgánica del sistema nervioso, diagnosticable por el médico.
Ejemplos: a) En el que se halla dominado por tics, la contracción involuntaria de los músculos del rostro desaparece en cuanto el enfermo se da cuenta nítida de su movimiento involuntario y siente que sus músculos se contraen. Como consecuencia el fenómeno entra en el campo de su atención voluntaria y queda bajo el control de su YO consciente.
b) La falta de precisión, los movimientos sin sentido, los temblores, sin causa orgánica, se pueden corregir por el desarrollo de la receptividad de sensaciones cinestésicas, es decir, las que acompañan a los movimientos.
Entrenamiento. Siéntate cómodamente en un sofá y abandónate enteramente. Siente que tus brazos se relajan, que todos tus músculos se aflojan... brazos, piernas, espalda, cuello, rostro. Te asombrarás al notar cuan tenso estabas sin saberlo, y cuan necesaria es a veces una suave pero obstinada paciencia para conseguir una relajación general y completa.
Después, cuando hayas aprendido a producir esta relajación, podrás también fijarte en los músculos de la respiración. Siente el diafragma (vientre) y el tórax (pecho) que se dilatan y vuelven por sí mismos a la posición normal. Sólo por unos segundos.
¡Pero cuidado! No hagas de este entrenamiento un ejercicio de gimnasia respiratoria. Nada de violencia. No hay que forzar nada. Se trata sólo de sentirse respirar y nada más.
Más tarde, después de tres o cuatro días de entrenamiento, comenzarás a tener conciencia de algunos movimientos.
Siempre en el sofá, haz lentamente, pero sin paradas, movimientos de flexión del antebrazo sobre el brazo; el derecho, el izquierdo, luego los dos a la vez.
XI principio hay peligro de mandar u ordenar el movimiento, o de convertirlo en gimnasia sueca. Pero pronto te acostumbrarás a dejar a tus brazos que se muevan, recibiendo simplemente las sensaciones que de ahí te vienen. Siempre por pocos segundos y teniendo mucha indulgencia consigo mismo.
Pasados varios días, llegarás a sentir primero un movimiento, luego dos; más tarde tres movimientos sucesivos, y notarás que este ejercicio te da una impresión de relajación muy nítida y una tranquilidad mental y fisiológica muy apreciable.
Dominadas las sensaciones motrices del antebrazo, puedes pasar a sentir las del brazo extendido hacia adelante o hacia atrás a un lado o al otro (movimientos horizontales); luego las de los movimientos verticales hacia arriba o hacia abajo. (Estos se hacen mejor de pie). Mas adelante los movimientos de flexión, de extensión y de torsión del tronco, y movimientos de la cabeza. Hay que dejar que ellos se hagan contentándonos con sentir que se hacen. Siempre por pocos segundos.
Por fin puedes ejercitarte en sentir los movimientos de las piernas: De pie, apoyada la mano izquierda sobre una mesa, balancea la pierna derecha teniendo el muslo izquierdo algo inclinado e inmóvil en esa postura. El balanceo que sea pasivo, como un péndulo, como algo muerto. Luego haces lo mismo con la otra.
Cuando hayas llegado a sentir bien los movimientos de las piernas, podrás pasar a entrenarte en lo más útil de esta técnica, en la marcha sentida, es decir, en el
Caminar conscientemente. —Según caminas con buen paso, ni muy lento ni demasiado rápido, siente que se mueven tus piernas sin tú mandarlas; o siente el contacto del pie con el suelo, o la flexión de la pierna por la rodilla, etc., etc.
Al principio sólo podrás captar una u otra de estas sensaciones, pero poco a poco, tendrás conciencia nítida de unas y otras. Más tarde llegarás a sentir en bloque el conjunto de esos movimientos y con ello la sensación de soltura.
Este ejercicio es utilísimo para vencer la agorafobia, o amagos de mareo. Es también un medio práctico de distensión. En vez de ir a tu oficina o trabajo. con preocupación y tensión, haz algo de marcha sentida, camina conscientemente, y convertirás el tiempo "perdido" de ida y vuelta en tiempo consagrado a la higiene mental, a la relajación y a mejorar tu atención y control.
Si lo haces al volver de tu trabajo, llegarás a casa descansado, libre de preocupaciones profesionales, y, lo que vale más, sonriendo y de buen humor, que contribuirá al mayor contento de tus familiares.

Actos conscientes
Los ejercicios de receptividad visual, auditiva, táctil, se pueden después aplicar a la vida ordinaria: hacer conscientemente algo de lo que antes hacíamos sin darnos cuenta.
Por ejemplo: Oye el agua que fluye en el lavabo o en la ducha. Siente las medias en las piernas, los zapatos en los pies cuando te calzas. En tus manos siente el asidero del cajón o de la puerta, cuando los abres o cierras, o la barandilla de la escalera. Cuando salgas siente el viento en el rostro, los pasos que vas dando, la propia respiración, el aire que entra, el pecho que se Llena, etc., etc. Haz con paz algo de esto.
El ideal sería sentirlo todo; ser mero receptor mientras no se necesite pensar. Pero esto implicaría para algunos esfuerzo, tensión, tal vez obsesión, sobre todo en los principios. Lo que sería convertir la medicina en veneno. Seamos, pues, realistas. Cuando no tengas que pensar, discurrir, proyectar, leer, etc., aprovecha esos ratos libres para sentir algo.
La primera sensación percibida será la más consciente. Cuida al mismo tiempo de que los músculos de la frente y de los ojos estén sueltos y relajados, pues cuando hay tensión neuro-muscular, fácilmente habrá también tensión síquica y, con ella, falta de paz en las sensaciones; y. al revés: si los músculos se aflojan, también el espíritu tiende a aliviarse.
Ejercítate en estas sensaciones varias veces por la mañana y por la tarde, por ejemplo, en tres o cinco ocasiones, distintas, empleando en ello dos o tres minutos cada vez, recibiendo tres o más sensaciones por cada sentido. Realiza en lo posible el "haz lo que haces", es decir, que te des cuenta nítida de lo que estás haciendo.

Efectos beneficiosos de la receptividad
Como esos ejercicios no implican trabajo alguno, sino sólo descanso y paz, no hay inconveniente en multiplicarlos, v. gr., 20 cada hora, (ya que cada ejercicio sólo dura unos segundos).
El pensar inconscientemente tiende a ser impreciso, atropellado y obsesionante. "Nos bulle el cerebro", repiten a menudo los nerviosos. Cuanto más lo vayan frenando por estas paradas mediante las sensaciones y actos voluntarios conscientes, tanto más tranquilas, nítidas y normales serán sus
ideas, pues reflejarán más el mundo exterior. Su facultad de mirar a ese mundo exterior, se desarrollará más y más, y sentirán mejor la impresión de "realidad" que antes les faltaba.
En pocos días de sensaciones conscientes notarán mayor paz y alegría. El mundo les aparecerá más hermoso ya que les impresionará tal cual es en sí, sin las modificaciones tristes de su inconsciente descontrolado..
Así me lo afirmaba una persona muy deprimida: "Después de diez días de sensaciones conscientes, me siento otra; el mundo me parece alegre y hermoso". Es que antes lo miraba bajo el prisma de sus pensamientos tristes, o tal vez lo miraba, pero no lo veía; no se daba cuenta de lo que llegaba a su retina.
Con este ejercicio se han curado muchos nerviosos y han adquirido más paz y dominio muchos sanos.
Son casi mil las visitas y cartas de agradecimiento que he recibido por este capítulo, sobre, todo en Estados Unidos.
El Dr. Frangois Ledoux presentó en 1960, en el Congreso de sicosíntesis de Villeneuve, Suiza un trabajo sobre "Desarrollo de la personalidad por la receptividad". De él entresacamos abreviándolo el siguiente caso4.
Una señora de 52 años. Postrada, mirada apagada, palabras sin vida, sin interés por la existencia; incapaz de concentrarse, ni del mínimo trabajo psíquico o físico; jaquecas desde los 17 años; frigidez desde hace 6 años; insomnio total desde hace 18 meses, a pesar de fuertes dosis de barbitúricos; agudas fobias al ruido y crisis de diarreas al viajar.
Después de cuarenta y ocho horas de tratamiento por las sensaciones y actos conscientes, hubo ligera distensión y mirada algo más viva. A los ocho días no toma más calmantes y duerme varias horas. Al mes duerme nueve horas seguidas, y encuentra gusto en la vida. A los dos meses la frigidez, jaquecas y diarreas desaparecen. Tolera el ruido y la agitación a su alrededor. A los tres meses y medio comienza de nuevo a enseñar matemáticas dos horas al día. Un año después reemprende con plena dedicación su vida profesional. Han desaparecido todos los síntomas.

Aplicaciones para vencer repugnancias
Ante un manjar común de cualquier país, si sientes apetito y eres mero receptor encontrarás agrado al percibir su sabor.
Pero si eres emisor y antes de probarlo o mientras lo pruebas, piensas en su color semejante al que te repugna, o recuerdas las manos sucias del cocinero, o la mosca que cayó en el' plato, entonces la percepción en tu paladar fue influenciada por tus pensamientos negativos, no fuiste mero receptor, sentiste repugnancia.
Ante una bebida: agua, leche, vino, si eres mero receptor del sabor sentirás agrado. Pero... una experiencia de China:
Viajaba en barca con tres alumnos. Al mediodía saqué mi termo y bebí un vaso de leche caliente. Ellos mostraron deseos de imitarme y les di su vaso que tomaron con gusto. Poco después me preguntaron qué era aquello tan bueno. Al decirles que era leche de vaca, recordaron lo malo que habían oído de ella en casa, empezaron a sentirse mal y la devolvieron.
Ante un desconocido si estás como mero receptor de su fisionomía, talla o voz probablemente sentirás agrado y paz. Pero si al ver su vestido y oír su voz vives inconscientemente el gran susto o desagrado que tuviste en tu infancia ante una persona parecida, estás siendo emisor y transfiriendo a este desconocido el temor o aversión de tu infancia.
¡Cuántas fobias, transferencias, reflejos condicionados, etc., se podrían evitar ó curar si percibiésemos el mundo exterior tal cual es.
Todo es del color del cristal con que se mira, dijo el poeta. Quiere decir que todo puede quedar modificado y con frecuencia distorsionado si no somos meros receptores, si estamos pensando mientras miramos.

¡ATENCION! Estos y los demás ejercicios que proponemos en la primera parte no son para ocasionarnos tensión, preocupación u obsesión, sino al contrario, para aliviarnos, tomándolos con alegría y optimismo. Son como una gimnasia psíquica que nos devolverá pronto la paz, el descanso y la alegría, según los vayamos haciendo cada día con mayor naturalidad y perfección.

Tampoco hay que temer que al sentir nuestros actos o movimientos los perturbemos, o destruyamos su espontaneidad o la del hábito. Este peligro se daría si en lugar de ser conscientes o meros receptores de lo que en nosotros pasa, estuviésemos pensando en lo que hacemos o vamos a hacer, es decir, si somos emisores.
Los pintores chinos antes de pintar se retiran a la montaña para contemplar y sentir la naturaleza, dejándola entrar en sí con todas sus bellezas y modalidades, para después trasladarlas al lienzo tal como las sintieron, por eso tienen tanta vida y sentimiento sus cuadros. Este' dejar entrar dentro de sí las bellezas exteriores es la primera cualidad del pintor y del poeta.

4 "Le Dr. Roger Vittoz et l'angoisse moderne". Editions du Levain, 1, rue de 1'Abbé Grégoire. Paris VIe.

Tiempo de Pascua.

El Tiempo Pascual es un periodo del año litúrgico, comprendido por los cincuenta días entre el Domingo de Pascua de la Resurrección de Jesús hasta el Domingo de Pentecostés.
Durante este tiempo de especial alegría y festividad las lecturas de la Misa son especiales y en vez del Angelus se reza la oración de Regina Coeli.
Durante este tiempo se celebra también el Día de la Ascensión, que conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo en presencia de sus discípulos tras anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo, que es precisamente lo que se celebra el día de Pentecostés.
Hemos celebrado la Pascua con alegría y devoción. Previamente pasamos por el tiempo de penitencia y recogimiento, la Semana Santa la hemos vivido en familia, participando de las diferentes celebraciones que en su inmensa riqueza nos brinda la liturgia católica. Josefina, nuestra hija mayor, ha participado de la Semana Santa Joven con sus compañeras de grupo. Toda una experiencia de vida en comunidad fraterna, culminando con la Santa Misa el domingo de Pascua. 
El homeschooling nos brinda la posibilidad de participar libremente de muchas actividades en estos momentos importantes para nuestra vida de fe. 



jueves, 11 de febrero de 2016

Convertíos y creed en el Evangelio

    Con el Miércoles de Ceniza se inicia el tiempo de Cuaresma, cuarenta días de preparación para la Semana Santa. Para vivir dignamente el Misterio Pascual, es decir la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo: la Pascua.

    Necesitamos prepararnos para ese gran Paso. Pascua significa Paso. Paso de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios.
    Este tiempo nos invita a la reflexión, a la meditación, a la conversión sincera. Y como dijimos comienza con la imposición en la frente de las cenizas.


    Veamos de qué se trata... aquí les dejo un link en el que podrán leer más sobre este día en que comienza la Cuaresma.

    El Miércoles de Ceniza es día de Ayuno y Abstinencia.
    La abstinencia consiste en no comer carne de animales de sangre caliente: vaca, cerdo, pollo, pavo, oveja, conejo etc... Se permiten lácteos, huevos o pescado. Y el Ayuno consiste en hacer una sola comida al día.
 
 También pueden ver en el Blog de Homeschooling Católico algunas recomendaciones y datos al respecto.

Qué nos dice el Catecismo Mayor de San Pío X.


CAPITULO VI
DE LA CUARESMA
  1. ¿Qué es la CUARESMA?
La Cuaresma es un tiempo de ayuno y penitencia instituido por la Iglesia por tradición apostólica.
  1. ¿A qué fin ha sido instituida la Cuaresma?
La Cuaresma ha sido instituida: 1°, para darnos a entender la obligación que tenemos de hacer penitencia todo el tiempo de nuestra vida, de la cual, según los Santos Padres, es figura la Cuaresma; 2. °, para imitar en alguna manera el riguroso ayuno de cuarenta días que Jesucristo practicó en el desierto; 3. °, para prepararnos por medio de la penitencia a celebrar santamente la Pascua.
  1. ¿Por qué el primer día de Cuaresma se llama día de CENIZA?
El primer día de Cuaresma se llama día de Ceniza porque en este día pone la Iglesia sobre la cabeza de los fieles la sagrada Ceniza.
  1. ¿Por qué la Iglesia impone la sagrada Ceniza al principio de la Cuaresma?
La Iglesia, al principio de la Cuaresma, acostumbra poner la sagrada Ceniza para recordarnos que somos compuestos de polvo y a polvo hemos de reducirnos con la muerte, y así nos humillemos y hagamos penitencia de nuestros pecados, mientras tenemos tiempo.
  1. ¿Con qué disposiciones hemos de recibir la sagrada Ceniza?
Hemos de recibir la sagrada Ceniza con un corazón contrito y humillado, y con la santa resolución de pasar la Cuaresma en obras de penitencia.
  1. ¿Qué hemos de hacer para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia?
Para pasar bien la Cuaresma según la mente de la Iglesia hemos de hacer cuatro cosas: 1ª, guardar exactamente el ayuno ,y la abstinencia y mortificarnos no sólo en las cosas ilícitas y peligrosas, sino también en cuanto podamos en las lícitas, como sería moderándonos en las recreaciones; 2ª, darnos a la oración y hacer limosnas y otras obras de cristiana piedad con el prójimo más que da ordinario, 3ª, oír la palabra de Dios, no ya por costumbre o curiosidad, sino con deseo de poner en práctica las verdades que se oyen; 4ª, andar con solicitud en prepararnos a la confesión para hacer más meritorio el ayuno y disponernos mejor a la Comunión pascual.
  1. ¿En qué consisten el ayuno y la abstinencia?
El ayuno consiste en no hacer más que una sola comida al día, y la abstinencia en no tomar carne ni caldo de carne.
  1. ¿Se prohíbe toda otra refección los días de ayuno, fuera de la única comida?
Los días de ayuno, la Iglesia permite una ligera refección a la noche, o hacia el mediodía si la comida única se traslada a la tarde, y además la parvedad por la mañana.
  1. ¿Quiénes están obligados al ayuno y a la abstinencia?
Al ayuno están obligados todos los que sean mayores de edad, hasta que hayan cumplido sesenta años y no estén legítimamente impedidos, y a la abstinencia los que han cumplido catorce años y tienen uso de razón.
  1. ¿Están exentos de toda mortificación los que no están obligados al ayuno?
Los que no están obligados al ayuno no están exentos de toda mortificación, porque ninguno está dispensado de la obligación general de hacer penitencia, y así deben los tales mortificarse en otras cosas según sus fuerzas.

 Algunas recomendaciones de un Santo y Doctor de la Iglesia:

    ¡Convertíos! ¿Por qué no más bien: alegraos? Mejor, ¡alegraos!: porque a las realidades humanas suceden las divinas, a las terrenales las celestes, a las temporales las eternas, a las malas las buenas, a las ambiguas las seguras, a las molestas las dichosas, a las perecederas las perennes. ¡Convertíos! Sí, que se convierta, conviértase el que prefirió lo humano a lo divino, el que optó por servir al mundo más bien que dominar el mundo junto con el Señor del mundo. Conviértase, el que huyendo de la libertad a que da paso la virtud, eligió la esclavitud que consigo trae el vicio. Conviértase, y conviértase de veras, quien, por no retener la vida, se entregó en manos de la muerte.
Está cerca el Reino de los cielos. El Reino de los cielos es el premio de los justos, el juicio de los pecadores, pena de los impíos. Dichoso; por tanto, Juan, que quiso prevenir el juicio mediante la conversión; que deseó que los pecadores tuvieran premio y no juicio; que anheló que los impíos entraran en el reino, evitando el castigo. Juan proclamó ya cercano el reino de los cielos en el momento preciso en que el mundo, todavía niño, caminaba a la conquista de la madurez. Al presente conocemos lo próximo que está ya este reino de los cielos al observar cómo al mundo, aquejado por una senectud extrema, comienzan a faltarle las fuerzas, los miembros se anquilosan, se embotan los sentidos, aumentan los achaques, rechaza los cuidados, muere a la vida, vive para las enfermedades, se hace lenguas de su debilidad, asegura la proximidad del fin.
Y nosotros, que vamos en pos de un mundo que se nos escapa, que no pensamos jamás en los tiempos que se avecinan y nos emborrachamos de los presentes, que tememos, colocados ya frente al juicio, que no salimos al encuentro del Señor que rápidamente se aproxima, que apostamos por la muerte y no suspiramos por la resurrección de entre los muertos, que preferimos servir a reinar, con tal de diferir el magnífico reinado de nuestro Señor, nosotros, digo, ¿cómo damos cumplimiento a aquello: Cuando oréis, decid: «Venga tu Reino»?
Necesitados andamos nosotros de una conversión más profunda, adaptando la medicación a la gravedad de la herida. Convirtámonos, hermanos, y convirtámonos pronto, porque se acaba la moratoria concedida, está a punto de sonar para nosotros la hora final, la presencia del juicio nos está cerrando la oportunidad de una satisfacción. Sea solícita nuestra penitencia, para que no le preceda la sentencia: pues si el Señor no viene aún, si espera todavía, si da largas al juicio, es porque desea que volvamos a Él y no perezcamos nosotros a quienes, en su bondad, nos repite una y otra vez: No quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva.
Cambiemos, pues, de conducta, hermanos, mediante la penitencia; no nos intimide la brevedad del tiempo, pues el autor del tiempo desconoce las limitaciones temporales. Lo demuestra el ladrón del evangelio, quien, pendiente de la cruz y en la hora de la muerte, robó el perdón, se apoderó de la vida, forzó el paraíso, penetró en el Reino.
En cuanto a nosotros, hermanos, que no hemos sabido voluntariamente merecerlo, hagamos al menos de la necesidad virtud; para no ser juzgados, erijámonos en nuestros propios jueces; concedámonos la penitencia, para conseguir anular la sentencia.

De los Sermones de San Pedro Crisólogo

martes, 19 de enero de 2016

Nos encontramos nuevamente.

  Se cumple un año de mi última entrada y con este aniversario retomo la actividad en el blog.
  Les cuento que fue un año muy duro en muchísimos sentidos, pero a la vez sumamente rico en experiencias, vivencias y como digo siempre a mis amigos: "Todo es aprendizaje"
  A principios del año pasado comenzábamos una aventura en familia, tomando el trabajo de hacernos cargo de un Hogar de niños que comenzaba a funcionar en las afueras de nuestra ciudad.
  La propuesta fue que como padres amorosos y algo experimentados pudiéramos dar a un pequeño grupo de niños judicializados con carencias familiares, la oportunidad de vivir y crecer en el seno y al calor de un hogar familiar, con todo lo que esto implica. El proyecto en la teoría era maravilloso pero las personas que nos convocaron no tenían ni la más remota idea de todo lo que esto implica y la responsabilidad que conlleva.
  Este panorama sumado a que tomaron el proyecto como un negocio personal buscando rédito económico, resultó en una catástrofe tanto para nuestra familia como para los niñitos del hogar fundado por ésta ONG, supuestamente encargada de proveernos de este marco de contención esencial, en el cual pudiéramos llevar adelante el proyecto.
  Lamentablemente al no poder seguir viviendo y trabajando en las condiciones nefastas de falta de higiene, alimentación, comunicación, transporte adecuado, profesionales que acompañen etc... debimos denunciar, luego de los oportunos reclamos, a los organismos correspondientes, lo cual ocasionó un ensañamiento por parte de los directivos hacia nuestra familia.
  Toda esta situación hizo que durante todo el año me mantuviera lejos del blog, no pudiendo dedicar tiempo a esta actividad que tanto me gusta.
  Finalmente ya luego de algunos meses de reorganización, me he disidido a seguir escribiendo, al cumplirse un año de haber dejado.
  Más allá de todo lo duro que pudo haber sido lo que nos hicieron, no podemos dejar de rescatar lo más lindo y lo más importante, que fue haber conocido a esas almas que Dios nos encomendó por unos cuantos meses y a los cuales les hemos dado todo lo mejor que pudimos.
  Gracias a nuestros amigos que nos acompañaron con la oración y a Dios que en su infinita providencia no nos ha abandonado es que hoy estamos bien y recuperados emocionalmente.
  Ahora a seguir adelante!!!

miércoles, 14 de enero de 2015

El cerebro y las emociones IV

II

REEDUCARNOS PARA LA FELICIDAD

    Los que buscan la dicha donde no se encuentra, en el vicio, vanidad o desorden, tendrán que comenzar por enderezar sus vidas por el camino del deber y de la virtud. Los libros de educación moral y ascética se lo enseñarán. En éste queremos ayudar a los muchísimos de buena voluntad que, a pesar de caminar por el sendero verdadero, no son tan, felices como debieran serlo, por no entender ni manejar convenientemente los mecanismos psíquicos que les darían unidad y plenitud de vida en el presente momento.

    Unos carecen .de nitidez y precisión en lo que perciben por los sentidos; no se dan cuenta exacta de lo que, ven o hacen; no dejan entrar en sí la paz y alegría de las sensaciones conscientes ni del placer estético. Otros, por excesiva fatigabilidad o por divagación mental, no consiguen reposo y profundidad en sus pensamientos careciendo del gozo y eficiencia que su trabajo mental ordenado les daría. A otros les domina la indecisión e inconstancia; no saben utilizar la fuerza inmensa de su voluntad. Finalmente, otros muchísimos sienten antipatías y repugnancias, atractivos e inclinaciones que les dominan o arrastran más allá del deber; o tienen tristezas, temores o disgustos exagerados; les falla su mecanismo emocional. Conozcamos, pues, estas cuatro .facultades o mecanismos psíquicos, para poderlos controlar y aumentar así nuestra dicha.

    En el cuadro sinóptico que ponemos a continuación, especificamos un poco más los síntomas, causas y remedios de esa falta de control cerebral y emocional que nos impide ser felices. No es nuestra pretensión, en tan brevísimo esquema, abarcar todo el problema de las molestias psíquicas o psico-somáticas, ni tampoco queremos deslindar las fronteras entre lo físico y lo espiritual, que tantas veces se confunden y entreveran. Sólo queremos ilustrar pedagógicamente a los que sufren o pueden sufrir de ese control insuficiente: que un golpe de vista les haga abarcar todo el panorama.

    Este cansancio, debilidad o malestar no es mera imaginación del paciente. Es una enfermedad real y penosa; pero de ordinario no es primordialmente orgánica, sino psíquica. Difícilmente la entienden los que no la experimentaron. Por eso, el que la sufre no ha de esperar esa comprensión y así se ahorrará profundos desengaños.



ADVERTENCIA IMPORTANTE

     El tener algunos de estos síntomas no es señal de anormalidad, ni menos, de enfermedad peligrosa o difícil de curar. Casi todos hemos tenido o tendremos alguna de estas deficiencias o falta de dominio.
    Un gran psiquiatra de la Universidad de Bogotá excluía de esta debilidad a solo Jesucristo y su Santísima Madre. Si no eres aprensivo y recorres estas páginas, no por sentirte enfermo, sino buscando mayor salud, eficiencia y felicidad, entonces el cuadro sinóptico te ayudará a enfocar y conseguir ese poco que te falta y a comprender a los demás.




    Para entender mejor el esquema, será bueno adentrarnos en el psiquismo de los enfermos, oyendo sus propias descripciones. Por desgracia, en nuestro siglo de vida acelerada, son éstos legión, reclutados no precisamente entre nulidades intelectuales o afectivas (que en éstas no suele haber la exuberancia de vida psíquica necesaria para exceder la medida y descontrolarse); se encuentran sobre todo entre pensadores, escritores, hombres de grandes empresas; entre personas de sensibilidad exquisita, entre estudiantes de grandes aspiraciones y talento, entre oficinistas u obreros superdotados. ¡A cuántos conferenciantes, escritores o profesores de fama internacional hemos visto en nuestros días fulminados de "surmenage"! Del naturalista Carlos Darwin nos cuentan que no podía trabajar más de dos horas por día. El propio Dr.Vittoz comenzó por curarse a sí mismo.
          No es, pues, vergonzoso ni deprimente declararse enfermo psíquico.
    N.I.M. se describe así: "A los 20 años, con una afición insaciable a los libros, me encontré repentinamente imposibilitado de estudiar, diez minutos de lectura o de escritura bastaban para dejar en mí una sensación penosísima de fatiga, dolor, y más frecuentemente, de calor alrededor de la cabeza y de las órbitas. Imposible, por otra parte, repeler esa sensación y concentrarme en otras ideas. Un tropel de pensamientos sucediéndose de modo obsesionante me oprimían sin que supiese frenarlos; pensamientos de ordinario tristes, recordando el pasado, o angustiosos previendo desgracias para el futuro, a veces tan obsesionantes, que ni la conversación, ni los paseos, ni el trabajo manual conseguían apartarlos totalmente. Era un desgarrarse el alma en lo más íntimo, era como si otro "yo" se sobrepusiese al "yo" consciente. Y con el pasar de los días... desaliento, preocupaciones, sentimiento de inferioridad, indecisión; otras veces, brusco tránsito del optimismo al pesimismo, de la alegría a la tristeza, sin causa objetiva.
    "El camino quedaba franco para todas las fobias , temor de aparecer en público, amagos de vértigo, escrúpulos de conciencia, etc., etc." Poco después, el insomnio o el descanso poco reconfortarte, interrumpido por sueños y pesadillas. Al levantarme me encontraba más cansado que cuando me acostaba.
    "Agravábase el mal y la tristeza por la incomprensión de los que me rodeaban: unos, al verme robusto y exteriormente bien dispuesto, diagnosticaban una enfermedad imaginaria; otros, con caridad, pero no según la ciencia, trataban de persuadirme que hiciese lo que tan ansiosamente anhelaba, esto es, no preocuparme, distraerme, no temer, dominarme; pero no me enseñaban el modo de hacerlo. Era como si a quien sufre de tos o vómitos le aconsejasen que no tosiese ni vomitase, pero no le diesen los remedios para ello.
    "Así seguí por diez años, hasta que con seis meses de ejercicios de reeducación cerebral, fui de tal modo venciendo todas estas dificultades, que me olvidé de que estaba enfermo, y aunque no he conseguido la misma capacidad de trabajo que antaño, me encuentro curado y satisfecho".
    Mi propia experiencia — Yo también hube de pasar por estos tristes estados. Introspección penosísima, pero útil en mi psiquismo descontrolado, realzada e iluminada primero por la ciencia y los consejos del célebre psicólogo jesuita P.Laburu, y completada y sistematizada después en Lausanne por el Dr.Henry Arthus, según los preceptos del Dr. Roger Vittoz.
    Ello me dio la clave de mi curación por la reeducación del control cerebral, y esto mismo, confirmado por el estudio y la práctica con el Dr.Arthus y por el trato con muchos enfermos, me enseñó a orientar y consolar a los que sufren de mal semejante.
    A orientar y consolar digo, no a prescindir de la asistencia médica, pues, aunque los síntomas parezcan semejantes, suelen a veces tener raíces tan profundas que sólo la consulta de un psiquiatra espiritualista puede ofrecer seguridad y provecho.
    Tragedia estudiantil. —"Tengo 18 años; antes era un roble: podía leer horas y horas sin fatiga, me sentía optimista y capaz de todo. Pero el curso pasado estudié muy poco y me divertí mucho con otros compañeros. Al acercarse el examen pasamos varias noches estudiando juntos hasta las tres de la madrugada, apartando el sueño a fuerza de café. Pasada la prueba no sé lo que me sucedió. El sueño es para mí un tormento: es una cinta de imágenes, o una sola que se repite continuamente. De día también me bulle el cerebro. No puedo atender a la conversación, me cansa la lectura, no sé distraerme, me aterra la vida, tengo miedo de todo y hasta de mí mismo".
    Este joven perdió el control por exceso y desorden en el trabajo mental. Tenga ánimo, fortalezca un poco su sistema nervioso sobreexcitado, viaje un poco, descanse, y comience luego el trabajo de reeducación psíquica.
    Lector amigo, si no sientes todos esos síntomas ni tienes necesidad de tratamiento psíquico, con todo es posible que te moleste alguno de ellos. Si logras eliminarlo tendrás más salud.
    Reconozcamos que las emociones nos dominan con frecuencia. "Soy muy nervioso, muy sensible, tengo demasiado corazón", dicen algunos para cohonestar sus faltas. "Soy poco señor de mis pensamientos y sentimientos", deberían decir.
    Ahora bien, para gobernar los sentimientos es necesario dominar los actos y las ideas, pues la idea precede e inclina al acto; y los actos y las ideas modifican los sentimientos1.
    Los sentimientos son una fuerza anárquica, como el vapor de la locomotora. Nuestras ideas y nuestra voluntad son el maquinista que los utiliza y dirige.
    Necesitamos, pues, controlar bien nuestras ideas. Pero, cuántos hay que no saben lo que piensan, o que no piensan lo que quieren, dominados como están por continuas distracciones, en el estudio, durante el trabajo, en la oración. ¡Cuánto cansancio innecesario! Cuántas energías perdidas por falta de unidad psíquica! Y podrían ser grandes genios, inventores, artistas, santos, si aprendiesen a concentrar sus fuerzas intelectivas y volitivas2 en un ideal.
    ¡Cuántas personas quieren, o les parece que quieren! Pero no ejecutan sus propósitos, porque de hecho no tuvieron actos verdaderamente volitivos: no saben utilizar esa fuerza sublime, inmensa, que llamamos "voluntad".
Cuántos no saben ser felices, ni siquiera en el grado más bajo y fundamental, gozando por lo menos del descanso psíquico en el sueño sereno, o en las sensaciones conscientes, tranquilas y perfectas, que nos ponen en comunicación y en posesión de la bondad y belleza objetiva de la creación.
    Trataremos, pues, de reeducar nuestra receptividad, esforzándonos por tener sensaciones y actos conscientes y voluntarios, con el consiguiente descanso y paz.
    Luego conseguiremos el dominio de nuestros pensamientos de cosas sensibles o espirituales, concretas o abstractas, hasta llegar a pensar cuando queramos y en lo que queramos, y a desviar la atención de lo que nos molesta o perjudica, reeducando para ello la emisividad intelectual.
    Finalmente, pudiendo pensar clara y libremente en la acción que proyectamos y en los motivos o bienes que con ella pretendemos, podremos quererla de veras y pasar libre y fácilmente a su ejecución, aun bajo la repugnancia o el temor subconsciente3.
    Y con el pensamiento y la voluntad expeditas podremos modificar y controlar nuestros sentimientos y emociones. En otras palabras, conseguiremos ser hombres racionales, señores de nosotros mismos, y no esclavos de pensamientos o de impulsos irracionales.




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1 Véanse explicaciones y pruebas en Eymieu "Le gouvernement de soi méme".
2 Volitiva = de la voluntad. Intelectiva = del entendimiento.
3 Al hablar de subconsciente o subconsciencia no queremos en este manual práctico hacer hincapié en distinciones filosóficas, sino únicamente poner de un lado lo consciente y del otro sin más distinción, lo inconsciente y subconsciente.
Fenómenos conscientes son aquellos de que tenemos conciencia (nos damos cuenta) o porque en ese momento los estamos percibiendo, pensando o sintiendo, o porque podemos después traerlos voluntariamente a la conciencia.
Inconscientes: ideas, sentimientos, etc., de que no tenemos conciencia, ni podemos fácilmente tenerla.
Subconscientes: aquellos de que no nos damos cuenta sino rutinaria y deficientemente.

jueves, 8 de enero de 2015

Amar a nuestros hijos.


"Un caballo sin domar se vuelve reacio, y un 

hijo consentido se vuelve insolente".


Eclo.30,8.




     Esta cita que ha publicado Poco y Católico en facebook el día de hoy, ha puesto la frutilla en un postre que venía preparando hace tiempo... con ella me he decidido a dar forma a una serie de ideas que me rondan en la cabeza desde hace tiempo mientras leo blogs de madres amorosas que son expertas en nuevas pedagogías, crianza respetuosa, crianza con apego y amor maternal entre otros muchísimos títulos...madres que dan cátedra (e incluso venden cursos)de cómo criar niños felices en total y absoluta libertad sin intervenciones odiosas por parte de los adultos que nada saben sobre la vida y nada tienen que enseñar a sus hijos ya que estos tooooodo lo aprenderán "solos" de manera "autónoma" "respetuosa" "consciente" etc, etc..., madres con bastísima experiencia en ello ya que con un solo hijo y de apenas meses basta para obtener un master en crianza. Esto les habilita para, paradógicamente, esnseñar o guiar a otras madres. No quieren enseñar a sus hijos pero si a otras madres...
   En cambio he leído a otras mujeres que aconsejan desde la humildad, la generosidad, desde su experiencia y vida real, desde el amor de madres y no desde lugares comunes que se ponen de moda. A esas madres da gusto leerlas. 

    Antes que nada me surge la necesidad de detenernos en algunos conceptos que creo son fundamentales: AMOR, FELICIDAD, LIMITES, LIBERTAD, OBEDIENCIA, AUTORIDAD, CAPRICHOS.

    Preguntarnos sobre algunas cuestiones que noto confusas en muchas personas... ¿Qué significa amar a nuestros hijos? ¿Se confunde a veces el amor? ¿Cómo logramos que nuestros hijos sean felices? ¿Qué es la felicidad? ¿Qué significa consentir a nuestros hijos? ¿Los amamos más cuando los consentimos? ¿Estamos amando verdaderamente a nuestros hijos al permitirles hacer todo el tiempo lo que ellos desean? ¿Cómo encontrar el equilibrio? ¿Por qué se suele asociar el poner límites o ser demasiado estrictos con ser malos padres o autoritarios? ¿Cuál es la diferencia entre un padre o madre autoritarios y uno con autoridad? ... Ufff y se me ocurren muchas otras preguntas pero dejo que ustedes mismos las contesten. Solo veamos un poco estos conceptos y luego a sacar conclusiones... 

    Dios es AMOR (1 Juan, 4-8), y ese amor infinito del Padre por el Hijo nos es extendido a nosotros por la misión del Espíritu Santo (Rom 5, 5) el cual pone entonces en nosotros esa capacidad de amar al Padre como lo amó Jesús, y de amarnos entre nosotros como Jesús nos amó (Juan 13, 34; 15, 12). Dios nos ama como nadie nos ama en este mundo, ni muchas veces sabemos nosotros amar como Él lo hace.  Pero no nos dejó sin rumbo, por eso Él mismo nos enseña a través de San Pablo en 1 Corintios 13, 1-13: "Tratado de la caridad: Aunque yo hable la lengua de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o símbalo que retiñe. Y aunque tenga (don de) profecía, y sepa todos los misterios y toda la ciencia, y tenga toda la fe en forma que traslade montañas, si no tengo amor, nada soy. Y si repartiese mi herencia toda, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, más no tengo caridad, nada me aprovecha, El amor es paciente, el amor es benigno, sin envidia; el amor no es jactancioso, no se engríe, no hace nada que no sea conveniente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal, no se regocija en la injusticia, antes se regocija con la verdad; todo lo sobrelleva, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca se acaba; en cambio las profecías terminarán, las lenguas cesarán, la ciencia tendrá su fin. Porque (solo) en parte conocemos, y en parte profetizamos, mas cuando llegue lo perfecto, entonces lo parcial se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, razonaba como niño; más cuando llegué a ser hombre, me deshice de las cosas de niño. Porque ahora miramos en un enigma, a través de un espejo; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, entonces conoceré plenamente de la manera en que también fui conocido. Al presente permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; mas la mayor de ellas es la CARIDAD".

    El amor es buscar el bien del otro, el amor que profesamos a nuestros hijos no escapa a estas enseñanzas. No debe ser diferente a esto. No busquemos fuera lo que tenemos dentro! No tratemos de inventar nada "nuevo" si Dios ya nos lo da todo en su Magisterio!

    Sobre la FELICIDAD quisiera que lean este artículo que vengo publicando en fascículos con el nombre de: "El cerebro y las emociones" en este caso dejo el que menciona el tema de la "Verdadera felicidad", el fascículo III, pero les recomiendo leerlos todos. 


    Con respecto a los LIMITES quiero decir que están intimamente ligados al amor. Me parece atinada la imagen de la ruta y las líneas dibujadas en ella. Es una imágen que hace años le escuché explicar al filósofo judío Jaime Barilko y me pareció muy descriptiva de la realidad: Imaginemos que transitamos por una ruta, cruzando un descampado, con nuestro vehículo durante una noche oscura... imaginemos que esa ruta no tiene ninguna línea, ninguna luz o señalización que nos indique el rumbo a seguir... lo más probable es que descarrile y me vaya al medio del descampado sin poder evitarlo. Pero en cambio, imaginemos esa misma ruta iluminada, con las líneas de los costados y la intermitente del centro bien marcadas con pintura refractaria y carteles que me anuncian con anticipación las curvas y los peligros que se aproximan... allí transitaré seguro y sin temores.





 Entonces, si amo a mis hijos ¿qué ruta les aconsejaré que tomen? Ya la vida se encargará de ponerles rutas confusas y sin marcas a los costados. Pero que en su hogar, en sus padres, encuentren el camino seguro, ese camino que les dará confianza en Dios, en ellos mismos y en nosotros; para que esa confianza sea cimiento, base firme y sólida; para que no descarrilen y se estrellen en la primera curva. No se trata de evitares todos los problemas COARTANDO SU LIBERTAD como puede parecer a simple vista, se trata de evitarles los problemas innecesarios, esos que los harán perder la VERDADERA FELICIDAD y que los terminarán haciendo ESCLAVOS de si mismos y de la sociedad. Porque ¿qué otra cosa quiere un padre para sus hijos si no es que sean felices?  Eso es amor. Amar a nuestros hijos es poner límites respetando su personalidad, forjando y moldeando su carácter. No amamos a nuestros hijos si dejamos que las pasiones los dominen y miramos, sin hacer nada, cómo destruyen su vida dando rienda suelta a sus pasiones desordenadas. Para poder ser padres y guías es deber educarnos a nosotros mismos si es que no fuimos educados por nuestros padres de esta manera. Porque un ciego no puede guiar a otro ciego, pues ambos caerían en el pozo. 

   Y ya que hablamos de LIBERTAD , debemos decir que la libertad no es hacer lo que queremos cuando queremos ni como queremos, dando rienda suelta a nuestros deseos y pasiones desordenadas. Eso no es libertad eso es cualquier cosa, eso nos esclaviza. 

   Veritas liberabit vos; la verdad os hará libres. ¿Qué verdad es ésta, que inicia y consuma en toda nuestra vida el camino de la libertad? La Verdad es Cristo. No hay otra verdad. San José María Escrivá nos dice: "Sabed que hemos salido de las manos de Dios, que somos objeto de la predilección de la Trinidad Beatísima, que somos hijos de tan gran Padre. Yo pido a mi Señor que nos decidamos a darnos cuenta de eso, a saborearlo día a día: así obraremos como personas libres. No lo olvidéis: el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y carece en su actuación del dominio y del señorío propios de los que aman al Señor por encima de todas la cosas.
    Rechazad el engaño de los que se conforman con un triste vocerío: ¡libertad, libertad! Muchas veces, en ese mismo clamor se esconde una trágica servidumbre: porque la elección que prefiere el error, no libera; el único que libera es Cristo, ya que sólo El es el Camino, la Verdad y la Vida.
    La libertad adquiere su auténtico sentido cuando se ejercita en servicio de la verdad que rescata, cuando se gasta en buscar el Amor infinito de Dios, que nos desata de todas las servidumbres. ¡Cada día aumentan mis ansias de anunciar a grandes voces esta insondable riqueza del cristiano:la libertad de la gloria de los hijos de Dios!". 
   Para algunos puede resultar contradictorio el hecho de llamar libertad al deseo de obedecer a Dios, pues la obediencia está denostada en nuestros tiempos y es sinónimo de esclavitud para muchos, pero es ese deseo el que elijo libremente y me hace libre para siempre! Pues nadie nos obliga a amar a Dios sino que ese amor parte de un acto voluntario y libre. 
   Luego resta ser coherente con ese amor que sentimos hacia nuestro Señor, y es nuestro Señor quien nos guía porque la libertad no se basta a sí misma: necesita un norte, una guía. No cabe que el alma ande sin ninguno que la rija; y para esto se la ha redimido de modo que tenga por Rey a Cristo, cuyo yugo es suave y su carga ligera (Mt XI, 30). 

   Ya que hablamos de OBEDIENCIA, a Dios en este caso, podemos decir sin miedo a que nos tachen de arcaicos, retrógrados, medievales y por qué no fascistas autoritarios, que la obediencia es necesaria para el correcto desarrollo de las virtudes que si nuestros hijos cultivan, los harán felices. Y todo se relaciona!! 
   No se trata de una obediencia ciega y a cualquiera, como muchos pueden pensar simplistamente. He leído mucho sobre la tonta idea de pensar que si enseñamos a nuestros hijos a obedecer, luego estos obedecerán a cualquier gobierno corrupto y autoritario, o a cualquier abusador que se les cruce por el camino. Nada más lejos de la realidad. Enseñar a nuestros hijos la obediencia no implica enseñarles a ser tontos o manipulables. Sino todo lo contrario. Enseñar a nuestros hijos a obedecer a Dios primero y ante todo y a sus padres luego porque los aman como ninguna otra persona en el mundo, no implica tener que obedecer a cualquiera ciegamente. Luego ellos sabrán a quienes obedecer o a quienes no, haciendo uso de su libertad, criterio e inteligencia. No subestimemos la capacidad de discernimiento que pueden adquirir nuestros hijos! 
   Pero para que esto suceda deberemos explicarles algo muy importante, algo que en nuestros días también está muy devaluado y es el PRINCIPIO DE AUTORIDAD.¿Quién tiene verdadera y legítima autoridad en nuestras vidas?

   La AUTORIDAD es una palabra que no gusta en algunos sectores o ambientes pedagógicos, tal vez porque la confunden con autoritarismo y ya sobre esto se ha dicho mucho. 

   Lo que podemos agregar es que en el caso de personas que creen en Dios como nosotros, no podemos negar la autoridad que Nuestro Señor tiene sobre nuestras vidas. Esa autoridad de Dios Padre se hace visible de manera jerárquica (otra mala palabra para nuestro tiempo) en la familia. 
   Los padres (De Dios al Padre, de este a la madre y en ese orden) son quienes tienen la autoridad para educar, alimentar, proveer, sostener, acompañar y guiar a sus hijos con los límites necesarios, sin fastidiarlos, sin ser injustos, sin agobiarlos, por el camino de la felicidad verdadera. Viviendo la libertad de los hijos de Dios. 
   Los hijos obedecerán a sus padres (no se asusten de la palabrita en cuestión) por amor y con amor, en absoluta libertad, sabiendo que eso es lo que más les conviene para su bienestar psíquico y emocional. 
   No nos dejemos engañar con la falsa idea de que si nuestros hijos hacen lo que quieren cuando quieren, aún cuestionando la legítima autoridad que como padres tenemos por el amor que les profesamos, serán más felices. No es verdad que ellos siempre saben lo que les conviene desde que nacen. Algunas cosas las saben, pero otras no. Algunas cosas las intuyen y otras no. 
   No siempre sabrán lo que es mejor para ellos, muchas veces se equivocarán y si se equivocan en una pavada no pasa nada, eso les servirá para aprender, será una experiencia riquísima y de la cual sacarán mucho provecho. Pero si en lo que se equivocan es en algo trascendental cuya huella marcará sus vidas para siempre y para mal, no podemos mirar para otro lado! Somos sus padres!! 

    Los CAPRICHOS vuelven infelices e insatisfechos a quienes los portan. Nadie que se deje dominar por los caprichos puede ser feliz. Hay niños caprichosos y adultos caprichosos, negarlo sería de necios. 
    He leído por la web, que "ningún" niño es "caprichoso", que solo tiene "necesidades no atendidas". Quien tiene más de un hijo o quien al menos tiene sentido común sabe que esto no es así. Ojo con las generalidades categóricas. 
    Estamos de acuerdo en que ningún niño nace caprichoso. Estamos de acuerdo en que muchos de los niños que comúnmente se tildan de caprichosos, no lo son, solo son niños con falta de atención suficiente por parte de sus padres. 
    Pero hay una realidad y es que si consentimos constantemente los pedidos de nuestros hijos desde pequeños, por más absurdos o desubicados que sean, y nos rendimos a sus pies ante cada capricho por no escuchar un berrinche o por creer que de esa manera le estamos demostrando cuánto los amamos, estamos equivocados. 
    Apelemos al criterio y sentido común en esto también. Un niño caprichoso o un niño al que siempre, se le deja obtener lo que desea, en el momento en que lo desea sin discernimiento alguno (y digo siempre sin exagerar), no será feliz. Y no será feliz porque no sabrá lo que significa el dominio de si, el autocontrol, el negarse algo y saber esperar para obtener un bien superior. Y esto se adquiere desde pequeños. Es una virtud que se logra con trabajo como todas las virtudes. No esperemos que el niño cuando sea grande, de golpe sepa esperar o sepa que no puede obtener todo lo que quiere en el momento en el que lo quiere. 
    Consentir no es sinónimo de amar ni siquiera de ser afectuoso o cariñoso. Consentir es decir a todo que si. Sin filtro, sin límites y eso los vuelve insolentes. 
    Yo no quiero hijos consentidos, quiero hijos amados, felices, seguros y capaces de vivir una vida plena tanto en las buenas como en las malas, capaces de ser santos y llegar a conquistar algún día la Patria Celestial!!

lunes, 5 de enero de 2015

Fiesta de la Epifanía: Los Reyes Magos.

   La Epifanía del Señor es una celebración cristiana.              Etimológicamente, la palabra "epifanía" significa "manifestación" y referida al Señor corresponde a los momentos en que Jesús se manifiesta o se revela al mundo. Habitualmente se identifica con el Día de Reyes, pero la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Reyes Magos
Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.
   Epifanía a los Magos de Oriente:
   Se celebra el Día de Reyes o Día de los Reyes Magos y se trata de la Epifanía más conocida. Tiene lugar el día 6 de enero y forma parte de las celebraciones litúrgicas de la Navidad. Las celebraciones asociadas a este acontecimiento varían en función de cada país. En algunos lugares de tradición católica es habitual ofrecer regalos y preparar dulces especiales.



Los tres Reyes Magos.
-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso. 
Vengo a decir: La vida es pura y bella. 
Existe Dios. El amor es inmenso. 
¡Todo lo sé por la divina Estrella! 

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo. 
Existe Dios. Él es la luz del día. 
La blanca flor tiene sus pies en lodo. 
¡Y en el placer hay la melancolía! 

-Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro 
que existe Dios. Él es el grande y fuerte. 
Todo lo sé por el lucero puro 
que brilla en la diadema de la Muerte. 

-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos. 
Triunfa el amor y a su fiesta os convida. 
¡Cristo resurge, hace la luz del caos 
y tiene la corona de la Vida!

Rubén Darío.

Dios ha manifestado su salvación en todo el mundo.

La misericordiosa providencia de Dios, que ya había decidido venir en los últimos tiempos en ayuda del mundo que perecía, determinó de antemano la salvación de todos los pueblos en Cristo.

De estos pueblos se trataba en la descendencia innumerable que fue en otro tiempo prometida al santo patriarca, Abrahán, descendencia que no sería engendrada por una semilla de carne, sino por la fecundidad de la fe, descendencia comparada a la multitud de las estrellas, para que de este modo el padre de todas las naciones esperara una posteridad no terrestre, sino celeste.


Así pues, que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán, a la cual renuncian los hijos según la carne. Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya solo en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre en Israel.


Instruidos en estos misterios de la gracia divina, queridos míos, celebremos con gozo espiritual el día que es el de nuestras primicias y aquél en que comenzó la salvación de los paganos. Demos gracias al Dios misericordioso quien, según palabras del Apóstol, nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz; él nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Porque, como profetizó Isaías, el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban en tierra de sombras, y una luz les brilló. También a propósito de ellos dice el propio Isaías al Señor: Naciones que no te conocían te invocarán, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti.


Abrahán vio este día, y se llenó de alegría, cuando supo que sus hijos según la fe serían benditos en su descendencia, a saber, en Cristo, y él se vio a sí mismo, por su fe, como futuro padre de todos los pueblos, dando gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete.


También David anunciaba este día en los salmos cuando decía: Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre; y también: El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia.


Esto se ha realizado, lo sabemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la tierra. La docilidad de los Magos a esta estrella nos indica el modo de nuestra obediencia, para que, en la medida de nuestras posibilidades, seamos servidores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo.


Animados por este celo, debéis aplicaros, queridos míos, a seros útiles los unos a los otros, a fin de que brilléis como hijos de la luz en el Reino de Dios, al cual se llega gracias a la fe recta y a las buenas obras; por nuestro Señor Jesucristo que, con Dios Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


De los sermones de san León Magno, Papa.


Origen de la Rosca de Reyes:

   Después de que los Reyes adoraron a Jesús, un ángel les avisó que no regresaran donde Herodes y ellos regresaron por otro camino. Herodes al enterarse que había nacido el Rey que todos esperaban, tuvo miedo de perder su puesto y ordenó matar a todos los niños menores de dos años entre los cuales se encontraría dicho Rey.
   La Sagrada Familia huyó a Egipto y el niño Dios se salvó, otras familias escondieron a los bebés en tinajas de harina y así no fueron vistos y salvaron sus vidas. Desde entonces, los judíos comían pan ázimo el 6 de enero en el que escondían un muñeco de barro recordando este acontecimiento.
   Los primeros cristianos tomaron un poco de esta tradición y la mezclaron con la historia de la visita de los Reyes Magos para la celebración de la Epifanía: cambiaron el pan ázimo por pan de harina blanca y levadura, cocida en forma de Rosca, endulzándolo con miel y adornándolo con frutos del desierto, como higos, dátiles y algunas nueces.
   Para los cristianos, la forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los confites son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.
   El muñequito escondido dentro de la rosca, simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía.
   Esta costumbre de los cristianos de Palestina llegó a Europa y posteriormente a América.
   En Argentina no se acostumbra poner el niño en la rosca. 
Fuente: Catholic.net