"Los padres son los primeros y principales educadores de sus propios hijos, y en este campo tienen incluso una competencia fundamental: son educadores por ser padres." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).

jueves, 30 de octubre de 2014

Educarse en Familia

   Quiero presentarles y recomendarles un libro que hemos leído con Gabriel y nos ha inspirado muchos pensamientos hermosos y reflexiones acerca de la tarea que desempeñamos como padres que educamos a nuestros hijos en el hogar. 
   "Educarse en familia, una introducción humana y espiritual" es un breve texto escrito por Raúl Avalos Rios, un papá homeschooler que junto a su esposa Maricela, han tenido 9 hijos (dos en el cielo) y han educado en casa durante 14 años.
   Llegué a este libro a través del Blog de Xhonané Olivas, "Familia Católica Homeschooler", y en él, la autora recomienda especialmente difundir este material tan rico para las familias que educan en casa, es por eso que he decidido publicarlo en este blog para todas las familias de Argentina!! 
   Qué lo disfruten!! 




EDUCARSE EN FAMILIA
Una introducción humana y espiritual

Raúl Avalos Ríos

  











© Raúl Avalos Ríos 2013

Dedicatoria: A la Familia Divina y la Sagrada Familia, imagen de la Familia Divina.
Pidiendo la gracia de que la familia humana alcance la plenitud
querida por el Querer Divino




Contenido




INTRODUCCIÓN

 1.     Nadie puede negar la importancia de la educación en la vida de cada ser humano y en la sociedad en general. Si definimos la educación considerando los conceptos que tradicionalmente en la historia se han expresado como la actividad que lleva a plenitud al ser humano; tendremos que admitir que en esta época deja mucho que desear.
Ø  La desintegración familiar contribuye a elevar los índices de criminalidad, pues más de 80 por ciento de las personas que están en las cárceles provienen de familias disfuncionales (Consejo Mexicano de la Comunicación CMC).
Ø  En los últimos seis años se ha incrementado en 50% el número de adictos en el país, afectando sobre todo a personas entre 12 y 25 años (Secretaria de Salud -Encuesta Nacional de Adicciones).
Ø  Más de 10 millones de niños, niñas y adolescentes tienen algún problema de salud mental y adicciones (Comisión Nacional contra las Adicciones)
Ø  Entre un 15 y 45% de las personas que sufren depresión termina suicidándose y dos terceras partes ocurren en muchachos menores de 20 años (Dpto. de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM).
Ø  El número de suicidios entre niños y adolescentes se ha cuadruplicado en 15 años (INEGI).
Ø  El suicidio es, en México, la séptima causa de muerte en niños entre los 5 y los 14 años de edad, y la tercera entre los adolescentes. (INEGI)                         
Ø  La mayoría de los suicidios que ocurren en México se producen entre los 11 y 19 años de edad (New York Times).
Ø  A nivel mundial en los últimos 50 años el suicidio ha aumentado 50% en mujeres y 75% en hombres (Organización Mundial de la Salud).

2.     ¿Qué está pasando con el ser humano en esta época? ¿qué está sucediendo con la educación de las nuevas generaciones? ¿es una cuestión de sólo aumentar la información? ¿dónde está la plenitud? Estamos en la época de más adelantos técnicos y científicos que haya existido en la humanidad y, sin embargo, ya vimos las estadísticas.
3.     Sobre este tema y en busca de una solución que llegue a la raíz del problema es de lo que se trata este pequeño libro. Sin llegar a ser obviamente exhaustivo; es más bien una introducción a este tema fascinante, que por los signos de los tiempos se percibe que irá tomando cada vez más importancia y será abordado cada vez por más personas.
4.     Es un hecho que la educación escolarizada tal como es hoy en día en México y en muchos países no está cumpliendo las expectativas; y tampoco en muchos hogares se está dando la educación adecuada.
5.     Este libro trata a modo de introducción de mostrar la educación como tendría que ser. Esta educación como tendría que ser tiene como fundamento el hogar como ambiente central, no la escuela o colegio. Es dejar el sistema escolarizado y tomar el sistema familiar; que podríamos incluso decir que es el sistema natural[1]. A esta educación que es educarse en familia la podemos llamar en todo el sentido del término: educación en el hogar.
6.     No se dan aquí recetas de cocina en la educación; sino se dan los criterios fundamentales de la educación en el hogar. De esta manera cada padre de familia podrá aplicar y aterrizar en cada caso estos criterios a su educación. Y de esta manera es como se adquiere a plenitud una educación realmente personalizada.
7.     Muchos padres de familia quisieran algo todavía más concreto y pueden caer en la tentación de querer tener la receta. Pero en este tema la receta no es adecuada. Porque es importante que los padres piensen, reflexionen sobre cómo desean aplicar estos criterios. Si no es así se corre el riesgo de que no sepan qué buscan con la educación de los hijos y caer en las mismas deficiencias de la educación escolarizada: educar en serie, de manera despersonalizada y bajo esquemas que se aplican por inercia sin saber qué queremos.
8.     Esta tentación de recibir todo hecho y simplificado hasta el extremo es un mal de nuestros días; en que las personas se han acostumbrado a tener las cosas con un “clic” y sin pensar las cosas. El no pensar, el no reflexionar, el no tomarse el tiempo para meditar las cosas con tranquilidad es la causa de muchos de los grandes males de nuestro tiempo, tanto en la familia como en la sociedad. Y si queremos una educación mejor, un mundo mejor no podemos caer en estas mismas deficiencias si queremos una educación mejor para nuestros hijos.
9.     Si no se es capaz de aterrizar estos criterios fundamentales a la propia familia porque no se quiere pensar, reflexionar o meditar, entonces es muy posible que las razones que el lector esté tomando o haya tomado para educar mejor a sus hijos y en un sistema familiar hayan sido superficiales y esto puede causarle problemas después en la aplicación de la educación en su hogar.
10.  Por eso es necesario que los padres que lean estas páginas les guste pensar y reflexionar o tomen la decisión de aquí en delante de hacerlo; por el bien de sus hijos, de su vida y de la sociedad.
11.  Este trabajo, gracias a Dios, es fruto del trabajo profesional de muchos años, de la experiencia de 20 años de casado, nueve hijos y de educar en el hogar desde el inicio. Mi esposa y yo, fruto de conocimientos educativos, reflexión y discernimiento, estábamos decididos por esta educación en el hogar desde antes de casarnos; y antes de que llegaran los hijos ya había un diseño educativo.
12.   Espero por tanto que este pequeño libro sea de beneficio para ti que lees estas páginas. La educación de nuestros hijos es un tema central en nuestras vidas y debe tomarse con toda seriedad. Que Dios te bendiga ti lector y el fruto de esta pequeña obra.




CAPITULO 1: LA EDUCACIÓN EN LA VIDA HUMANA


13.  ¿Quién se encarga de educar al ser humano? La realidad es que es la Familia la encargada de este cometido; para bien o para mal así es. Esto significa que si la familia está en crisis, la educación también lo estará; y esto es precisamente lo que estamos viviendo en la época actual. El pilar de la familia es el matrimonio y si el matrimonio está en crisis, entonces también la familia. Ya vimos estadísticas sobre problemas emocionales y adictivos, ahora veamos sobre el matrimonio y la familia:
Ø  La violencia en los hogares mexicanos se dispara, aseguró Clara Jusidman, especialista en desarrollo y política social, … en el marco del Seminario Permanente de Violencia Familiar en el Distrito Federal.
Ø  En los últimos años ha aumentado en México el divorcio un 400% (INEGI)
Ø  La desintegración familiar provoca: depresión, problemas psicológicos, suicidio, entre otras cosas, tanto en adultos como en los hijos. (Comisión para la Defensa de los derechos humanos)
14.  Es un hecho que las estadísticas confirman que hoy en día están aumentando los problemas emocionales, trastornos psicológicos, adicciones, violencia familiar, suicidio, etcétera, y efectivamente también el divorcio y la desintegración familiar. Hay una relación directa entre estos padecimientos humanos y la estabilidad familiar.
15.  La finalidad de este libro es mostrar que el camino de la auténtica educación es cuando los padres asumen de manera auténtica este cometido y esto implica darle la prioridad al matrimonio y a los hijos. Esta prioridad tiene que ser en la práctica y en la vida de todos los días, no solamente una frase o una idea que se dice o platica. La función de los padres es esencial:
"Los padres son los primeros y principales educadores de sus propios hijos, y en este campo tienen incluso una competencia fundamental: son educadores por ser padres." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).
16.  Vamos a ver que lo natural es que los hijos se eduquen en el hogar en los primeros años de su vida y gradualmente vayan ampliando su círculo familiar y social, para después ser ciudadanos sanos, valiosos y generosos que aporten a esta sociedad.
17.   La educación debe realizarse en el amor y para el amor; esto es lo central en una verdadera educación, lo demás se irá añadiendo sobre esta base. Los niños deben educarse en una atmósfera de amor y cariño, y esto es completamente normal en un hogar, porque los padres que se aman han traído al hijo como fruto de su amor, el cual es signo y expresión de ese amor; por eso los padres aman a sus hijos de una manera mayor que cualquier otra persona ajena a ellos en este mundo, por lo menos hasta que los hijos se casan.
18.   Por ello, lo ideal es que los padres los eduquen, y cualquier ayuda externa a los padres en la educación de sus hijos debe hacerse de modo subsidiario; ya que de otra forma se delega ilegítimamente esa educación, violentando la naturaleza misma de la familia.
19.   Subsidiario significa que se suple o se apoya en una función o acción a una entidad principal, es decir, se hace lo que otro no puede hacer, aunque ese otro es el principal para realizarlo. Este principio de subsidiaridad está bien empleado cuando el actor principal no puede realmente hacer lo que le corresponde.
20.   En la educación de los hijos son los padres los primeros y fundamentales actores de la educación, por ello, son los principales educadores. Si los padres aplican correctamente el principio de subsidiaridad, quiere decir que educarán a sus hijos en todo lo que puedan, y usarán solamente las instituciones externas cuando no puedan realizar en persona determinada actividad educativa; e incluso, por razones insuperables, no consigan adquirir la preparación para esa determinada actividad.
21.   Esta exigencia educativa, bien entendida, debería lograr que padres bien preparados enseñen a sus hijos los conocimientos básicos de una cultura general; de modo que los padres den la educación integral a sus hijos, no solamente las buenas costumbres, la moral y la religión, sino también lo que se llama "instrucción", es decir, la base cultural.
22.   Los padres, obviamente, no pueden estar preparados para todas las carreras que se enseñan en una universidad, por eso la universidad es legítima y actúa como complemento de cierta preparación que el hogar no puede dar, ni es su finalidad hacerlo. Pero sí es posible que unos buenos padres (generosos) que no sean analfabetos, con un poco de esfuerzo, y si las circunstancias no son insuperables, puedan prepararse para dar la base cultural a los hijos.
23.   La base cultural podemos enmarcarla (con ciertas modificaciones) en lo que se enseña actualmente en las escuelas y colegios, la instrucción que se imparte desde la primaria hasta la preparatoria. Pero para que los padres no se asusten, no se refiere a toda la cantidad de información que se ve en el sistema escolar ni de esa manera (cantidad que de todos modos no sirve casi de nada porque casi toda se olvida). De este modo, solamente se dejarían las escuelas y los colegios para los hijos que por motivos insuperables no pueden recibir esta enseñanza de sus propios padres.
24.   Si se analiza bien lo que es la familia, se observará que por naturaleza ella debe realizar esta labor educativa, ya que le corresponde esencialmente; esto deben apoyarlo el Estado y la sociedad. De hecho, el Beato Juan Pablo II expresa esta subsidiaridad en la carta a las familias:
"Los padres son los primeros y principales educadores de sus propios hijos…Ellos comparten su misión educativa con otras personas e instituciones, como la Iglesia y el Estado. Sin embargo, esto debe hacerse siempre aplicando correctamente el principio de subsidiaridad. Esto implica la legitimidad e incluso el deber de una ayuda a los padres, pero encuentra su límite intrínseco e insuperable en su derecho prevalente y en sus posibilidades efectivas." (Juan Pablo II, carta a las familias, n. 16).
25.   Como se puede notar, es un hecho que se ha abusado de las escuelas. Hay padres con la suficiente preparación, tiempo y medios para realizar esta tarea; sin embargo se mandan a los hijos a la escuela como si fuera realmente necesario para su educación. Si se profundiza lo suficiente, se verá que la escuela no es lo ideal, ella es un motivo de división en la familia, con el agravante de que por su manera de enseñar ¾de forma aburrida e intransigente¾ logra con mucha eficacia apagar el deseo natural de la persona humana por conocer la realidad.
26.   Cualquier persona que haya tenido contacto con un bebé, se dará cuenta que son creaturas con una sed de conocimientos impresionante, todo quieren oler, chupar, ver, oír, tocar, etcétera; todo esto son indicios de esta natural inclinación por conocer la realidad, que la expresó muy bien Aristóteles desde hace ya muchos siglos: "Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber."[2]; pero las escuelas acaban con el amor a la verdad y el deseo de saber de manera muy eficaz.
27.   De hecho, cada día es más frecuente oír a los mismos padres quejarse de las deficiencias de las escuelas y de los colegios; y también se oye que en otros lados del mundo los padres ya decidieron educar ellos mismos a sus hijos. La decadencia de muchas escuelas y colegios en algunos lugares del mundo (donde existe el fenómeno de la droga, acoso sexual de profesores a alumnos, asesinatos, etcétera), puede influir a que los padres tomen esta decisión; la realidad es que no se debiera esperar a tener esta decadencia escolar para que los padres asuman su papel auténtico y pleno de educadores y padres.
28.   El certificado oficial no es impedimento para que los padres ejerzan su deber de educar; incluso los estudios abiertos reconocidos oficialmente permiten que los padres eduquen y que los hijos tengan a la vez su certificado oficial para cualquier requerimiento laboral o académico. Por lo menos aquí en México contamos con los estudios abiertos (desde la primaria hasta la preparatoria) que proporciona la SEP (Secretaría de Educación Pública), lo cual es algo que todavía los padres no han valorado plenamente.
29.   Además, los estudios abiertos permiten que se pueda incorporar a la educación de los hijos otros estudios u otras actividades culturales interesantes para ellos (por ejemplo: algunas manifestaciones de arte u otras disciplinas); además de tener tiempo para empezar a educarse en la ética del trabajo y de colaboración en proyectos comunitarios y sociales. Así, la formación y la preparación será mucho más rica y gozosa que la que dan actualmente las escuelas y los colegios tradicionales.
30.   Cuando los padres toman en serio su papel de educadores, ellos, papá y mamá, forman un complemento imposible de superar; por ello, los dos tienen que intervenir en la educación de los hijos, y no solamente uno de ellos. Al padre le toca una labor propiamente de dirección, ya que es la cabeza de la familia y director de ella, por tanto, él dirige también la educación. A la madre le toca propiamente la labor de transmitir, con el cariño, la delicadeza y el amor propios de la mujer, los conocimientos adaptados a sus hijos, de acuerdo a sus capacidades, edades, gustos, etcétera; de esta manera se logra realmente una educación auténticamente personalizada.
31.   Todo esto enmarcado en el amor, que es lo más importante. Esta educación no debe ser aburrida, sino divertida, incluso a manera de juego, ya que a los niños les encanta jugar; por eso el juego es un medio excelente para que los niños aprendan. El juego en el aprendizaje es reconocido por la pedagogía actual y por la antigua (los griegos ya se habían dado cuenta de ello). Es así que la educación en el hogar no es de la forma en que se enseña en la escuela, con pizarrón y pupitres, sino con juego, diversión, cariño y amor.
32.   Los padres pueden asustarse pensando que tienen que dar a sus hijos "todos" los conocimientos que se ofrecen en la escuela en los doce años que abarcan desde la primaria hasta la preparatoria; pero la realidad es que los padres con poco esfuerzo pueden enseñar mucho más, ya que cuando un hijo sale de la preparatoria prácticamente no sabe nada, con suerte sabe leer, escribir (y muchas veces muy deficiente), sumar, restar, multiplicar, dividir, a veces realizar operaciones con quebrados, mucha información que la memoria ya olvidó, una aversión (en algunos casos odio) al estudio y sin la habilidad y sin la experiencia de lo que es el trabajo. Además de una cantidad inmensa de horas pasadas sin su familia. Unos padres amorosos pueden conseguir mucho más.
33.   Además tienen grandes herramientas que proporciona el mundo moderno. Pero lo principal que tienen es su vocación al matrimonio, que es una vocación a la vida y a la educación, un hogar que es natural y, por lo mismo, ideal para la formación de los hijos; pero por arriba de todo tienen el amor que vale más que todos los obstáculos juntos o aparentes obstáculos (desafortunadamente muchas veces es el egoísmo el que deforma esta vocación de padres que los aleja de su auténtica realización y responsabilidad).
34.   Para cuando sea necesario usar del principio de subsidiaridad (porque los padres ya fallecieron o las condiciones son por alguna razón insuperables en el algún momento), las escuelas tendrían que esforzarse por tener una manera de enseñar semejante a cómo sería en un hogar. El sistema escolar actual tiene que trabajar mucho para lograr este fin, ya que actualmente está lejos de él, es más, parece que se aleja. En este momento podemos hacer una exhortación a la sociedad y a los Estados para que trabajen en esta línea: que las escuelas enseñen, o se aproximen, como se debe enseñar en un hogar.

Visión espiritual de la educación

27.  La visión espiritual también apoya este aspecto; ya que el ser humano completo abarca también el aspecto espiritual y en este sentido el objetivo es todavía más alto; es formar ciudadanos celestiales. Es formar a los hijos para la vida eterna. Obviamente las dos dimensiones: la celestial y la humana no se contraponen, sino se integran. El modelo obvio es Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre— Él integra en sí mismo estas dos realidades a la perfección. Por eso el corazón de la educación es que los hijos imiten a Cristo.
"Si al dar la vida los padres colaboran en la obra creadora de Dios, mediante la educación participan de su pedagogía paterna y materna a la vez." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).
28.  De aquí se deriva una pregunta obligada: ¿cómo fue educado Jesús? Veamos qué dice la Sagrada Escritura:
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él… El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. (Lucas 2, 39-51).
29.  Jesús fue educado en su hogar.  Y en ese hogar crecía y se fortalecía; lleno de sabiduría y la gracia de Dios estaba con Él. Esta sola cita da para mucha reflexión. En este momento nos quedaremos solamente con el hecho de que Jesús se educó en su hogar con José y María.
30.  Desde antes de Cristo ya existían en diversas culturas (India, China, Egipto, Mayas, Griegos) diferentes maneras de educar a las nuevas generaciones. Con los judíos existían también escuelas desde la época de Cristo como por ejemplo la de Gamaliel en donde estudió San Pablo. Entonces ¿por qué Jesús fue educado por sus padres?
31.  Aquí también interviene el Beato Juan Pablo II que dijo:
“…es en la sagrada Familia, en esta originaria «iglesia doméstica», donde todas las familias cristianas deben mirarse. En efecto, «por un misterioso designio de Dios, en ella vivió escondido largos años el Hijo de Dios: es pues el prototipo y ejemplo de todas las familias cristianas»” (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Redemptoris Custos ¾Sobre la Figura y Misión de San José¾, n. 7).
32.  La Sagrada Familia es modelo de todas las familias cristianas. Nada en ella es casual o sin importancia. Si Jesús fue educado, crecía, se fortalecía, lleno de sabiduría en su hogar, no en algún tipo de escuela o institución, quiere decir que la Sagrada Familia nos está dando modelo y ejemplo de lo que tiene qué hacer una familia cristiana.
33.  ¿Cómo educó José y María a Jesús? Este es un tema que veremos en el siguiente capítulo.



CAPITULO 2: LA EDUCACIÓN DE Jesús


34.  Jesucristo, además de ser Dios, también era hombre en toda la plenitud del término; excepto en el pecado[3]. Esto quiere decir que su humanidad seguía las leyes naturales y crecía como cualquier ser humano y por lo tanto fue educado como requiere cualquier ser humano, pero sin dejar de ser Dios. Obviamente Dios no necesita educación, pero la humanidad de Jesús sí.
35.  Dios escogió a José y María para educar la humanidad de Jesucristo. Meditemos en qué lo educaron. Para esto nos serviremos de algunas citas del Magisterio de la Iglesia:
Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que san José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo. (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Redemptoris Custos ¾Sobre la Figura y Misión de San José¾, n. 1).
36.  En la cita anterior se ve claro cómo Jesús fue educado por José y obviamente también por María;  en su casa, en su hogar. Veamos lo que continua diciendo el Beato Juan Pablo II:
El crecimiento de Jesús «en sabiduría, edad y gracia» (Lc 2, 52) se desarrolla en el ámbito de la Sagrada Familia, a la vista de José, que tenía la alta misión de «criarle», esto es, alimentar, vestir e instruir a Jesús en la Ley y en un oficio, como corresponde a los deberes propios del padre. (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Redemptoris Custos ¾Sobre la Figura y Misión de San José¾, n. 16).
37.  El Papa dice que este crecimiento se desarrolla en el ámbito de la Sagrada Familia, a la vista de José y obviamente también a la vista de María—; esto quiere decir que la educación de Jesús fue en su hogar, y si ésta fue la manera en que la Sagrada Familia ejerció la educación, entonces, por lo tanto, la educación tiene qué ser a la vista de los padres.
38.  Mucho del problema educativo de hoy en día es que la educación de los hijos en gran medida no está a la vista de los padres. Los padres ya no ven a sus hijos crecer en sabiduría y gracia de Dios. No los ven porque por la deficiente educación los hijos no se están formando como deberían y más bien podríamos hablar de una deformación en las nuevas generaciones (las estadísticas lo indican).
39.  Y tampoco los hijos se educan ni crecen a la vista de los padres ya que los hijos pasan muchas horas sin convivir con sus padres y hermanos, porque pasan mucho tiempo en el sistema escolar y en muchos casos además en clases particulares; y también porque los padres no están con ellos, están demasiado ocupados con sus propios asuntos (descuidado sus prioridades) y los hijos son abandonados, muchas veces no solamente físicamente sino emocional y espiritualmente:
“sufren los hijos, privados del padre o de la madre y condenados a ser de hecho huérfanos de padres vivos.” (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 14).
40.  La cita sobre la Figura y Misión de San José que citamos algunos párrafos arriba nos proporciona más información sobre la educación de Jesús; se habla de instruir a Jesús en la Ley y en un oficio. Esto quiere decir que la humanidad de Jesús fue educada espiritualmente y también en un oficio; lo que significa que se le enseñó a orar, a alabar a Dios, a leer la Sagrada Escritura, orar con los Salamos, cumplir los preceptos sagrados, etcétera.
41.  Para que Jesús leyera la Sagrada Escritura se le tuvo que enseñar obviamente a leer. Esto significa que José y María enseñaron a leer a Jesús, y con ello lo civilizan. Los historiadores hablan de historia cuando se usa la escritura y de pre-historia cuando no existe; visualizando el uso de la escritura como un elemento esencial de civilidad y cultura. Lo que significa que además de los aspectos espirituales-religiosos también lo educaron en lo cultural.
42.  El otro aspecto es el oficio, respondiendo al llamado de Dios, es decir, a la vocación de trabajar, de someter la tierra: “Y los bendijo, diciéndoles: «… llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra»” (Génesis 1, 28).
43.  Esto quiere decir que a Jesús se le enseñó a trabajar y a desarrollar una vocación laboral o profesional. Todo esto junto se ordena a que Jesús se enfoque a cumplir su misión aquí en la Tierra que tiene que ver con la Redención del género humano.
44.  Entonces tenemos tres elementos claves que nos enseña la Sagrada Familia en la educación, encaminada a cumplir la misión divina: espiritualidad, desarrollo cultural y vocación; todo esto a la vista de los padres; es decir, el tipo de educación que recibió Jesús es la educación en el hogar. Vamos analizar cada aspecto de esta educación en los siguientes capítulos.



CAPITULO 3: DESARROLLO CULTURAL


"La persona humana, sólo y exclusivamente por la cultura, es decir, por el cultivo de los valores y de los bienes naturales, puede alcanzar su verdadera y plena humanidad." (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, ¾Sobre la Iglesia en el mundo actual¾ n. 53).
"El servicio a la persona y a la sociedad humana se manifiesta y se actúa a través de la creación y la transmisión de la cultura" (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Cristifideles Laici ¾Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo¾, n. 44).
45.   Como se observa, la cultura es un aspecto esencial en el desarrollo de la persona humana. La cultura es parte de la educación integral; y para que la educación sea así debemos conocer la totalidad humana, la cual se compone de cuerpo y espíritu:
"El hombre es corpore et anima unus («una unidad de cuerpo y alma»)." (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 382).
46.   Y la cultura se enfoca a cultivar los valores. Existen valores fundamentales, que sólo desde la perspectiva humana enriquecen a la persona. Estos son valores como: el bien, la belleza, la verdad, etcétera. Estos valores deben inspirar toda educación auténtica. Además, estos valores tienen como fuente a Dios mismo. Porque Dios es el Bien, es la Verdad, es la Belleza, etcétera. Por lo tanto están en perfecta armonía con la fe cristiana.
"…dice Jesús: «Yo soy … la Verdad" (Juan 14, 6).
"Dios es la Verdad misma" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 215).
"Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma Belleza, no sujeta a cambio?" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 32).
"…Dios, el supremo Bien" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1744).
"La gloria para la que Dios creó a sus criaturas consiste en que tengan parte en su verdad, su bondad y su belleza." (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 319).
47.  La persona humana debe reconocer y vivir los valores. Y los padres son los principales encargados de que sus hijos tengan el auténtico contacto con los valores, para que los vivan.
48.  Los padres tienen a su disposición todas las ciencias que buscan la verdad (la Matemática, la Física, la Historia, la Biología, la Ontología, etcétera). Todas las artes que buscan la belleza (la Pintura, la Escultura, la Literatura, la buena Música, etcétera). Todas las obras buenas que se pueden hacer por amor a los demás (atender, convivir o ayudar a los más necesitados: huérfanos, ancianos, gente que vive en extrema pobreza, en la ignorancia, etcétera). Y en todo esto no se olvide el estudio y la práctica de la ética y de la moral, que tienen que ver con la verdad y el bien de los actos humanos. En todos estos valores existen muchas actividades que se pueden hacer en la educación de los hijos.
49.  Esta educación en los valores fundamentales o trascendentales tiene su culminación o su enriquecimiento máximo cuando se reconoce al Dios vivo y personal como fuente y esencia de ellos. Y es la educación en casa la que puede encarnar de la mejor manera estos valores en los hijos. Lograr que los hijos amen la verdad, el bien y la belleza.
50.  A veces se piensa que educar en casa o en el hogar es muy complicado. Esto se percibe por el esquema que el sistema escolar nos ha transmitido, pero es más simple de lo que se piensa. Lo que se necesita es romper mentalmente con esa estructura escolar y ver las cosas con más simplicidad, veamos.
51.  Ya Aristóteles, como mencionamos antes, desde siglos antes de Cristo había descubierto una gran verdad: “Todos los hombres tienen naturalmente el deseo  de saber” (Metafísica, libro 1, capítulo 1). Y lo que hace la buena educación es seguir alimentando este deseo de saber; la mala educación lo atrofia.
52.  Desafortunadamente el sistema escolar en términos generales y cómo mencionamos antes tiene muchos defectos pedagógicos y suele disminuir o anular este deseo de saber. Además de que separa o desintegra a la familia muchas horas; cuando precisamente son los males emocionales, psicológicos y adictivos los que perjudican al ser humano y a la sociedad, y estos se originan principalmente por falta de vínculos afectivos en la familia. Entonces si la educación tiene que llevar al ser humano a la plenitud, entonces un tipo de educación que desune o desintegra a la familia es errónea.
53.  Es obvio la cantidad de gente que en el sistema escolar no le gusta conocer por amor a la verdad; si “estudia” es para pasar un examen; pero no por gusto. La educación no es tanto querer meter a veces “a fuerzas” una cantidad de conocimientos en un lugar (la mente); sino es más bien encauzar y dirigir las potencialidades humanas, siguiendo la naturaleza humana en su deseo de conocimiento. Con lo cual la “imagen mental” es más bien como encauzar y dirigir una corriente de agua hacia el desarrollo y amor de los valores, principalmente los valores fundamentales: verdad, bien y belleza, que tienen a Dios como fuente y meta.
54.  Por eso unos papás que hacen educación en el hogar no es lo ordinario que tengan qué preparar una clase y luego darla a los hijos “tipo escuela”; sino crear el ambiente adecuado para que los hijos se muevan a aprender diversas disciplinas y temas, así como desarrollar diversas habilidades humanas, tanto intelectuales como volitivas[4], así como también espirituales; a través de diversas herramientas.
55.  Las herramientas son múltiples y numerosas (en internet se puede encontrar muchas de ellas e información al respecto). Además cada padre de familia tendrá que decidir qué herramientas usa de acuerdo a su diseño educativo. Ya que este tipo de educación permite precisamente esto, que cada familia diseñe su educación de acuerdo a lo que Dios le pide en particular. Por eso en necesaria la vida espiritual profunda de los padres de familia; y para ver con claridad tenemos que estar cerca de la luz:
Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida»” (Juan 8, 12).
56.  Como mencionamos antes, los hijos, y principalmente cuando son niños, suelen aprender de manera muy eficaz y eficiente las cosas a través del juego. Se sabe en la ciencia educativa que entre más participación o involucramiento tenga el educando en su propio aprendizaje más aprende y se desarrolla. Lo esencial aquí es poner el ambiente educativo y guiar a los hijos.
57.  Pondré un ejemplo para tratar de explicar esto, pero entendiendo que cada padre de familia puede hacerlo según sus circunstancias y diseño educativo. Por ejemplo, para saber sobre un aspecto de las ciencias naturales en este caso animales se puede tener algunos animales en casa o si no es el caso visitar un zoológico en familia, observando a los animales, tomando nota de algunos nombres sobre los animales; y luego de pasar un día alegre con la familia en el paseo al zoológico, al día siguiente se pueden dibujar los diferentes animales que se vieron o seleccionaron, después se puede investigar en alguna fuente: enciclopedia, internet, etcétera, sobre cómo viven esos animales, dónde viven, cómo se clasifican, etcétera. Después se pueden ver algunos documentales sobre esos animales y también inculcar a los hijos la alabanza y el agradecimiento a Dios por habernos dados estos animales tan variados y maravillosos; de esta manera el hijo aprende sobre los animales de una manera lúdica, agradable, en el amor de sus padres, de su familia y con visión espiritual. Este conocimiento, será difícil que se le olvide pero además hay una actitud positiva ante el conocimiento por la manera en que se inculca y crece el amor por el conocimiento y la verdad, en este caso por las ciencias naturales (en este aspecto concreto sobre  la fauna).
58.  En el ejemplo anterior no se tuvo que preparar ninguna clase, no hubo pupitres, ni exámenes, sino unas actividades agradables pasadas con los seres que más amamos y los hijos aprenden a aprender, aprenden a investigar, desarrollan diversas habilidades humanas y a enriquecerse ellos mismos; los padres solamente guían, dirigen, apoyan, etcétera.
59.  Claro que esto no está peleado con tener apoyos especializados en algunos aspectos como clases particulares de alguna disciplina, según el caso y el plan educativo de los padres. Pero la esencia de la educación y la formación cultural en el hogar es precisamente ese: recibir el conocimiento de la verdad, de la belleza y del bien en el amor familiar. Esto tiene grandes consecuencias en la formación de un ser humano, tanto en la dimensión natural como sobrenatural.
60.  Todo esto está en la línea del Magisterio de la Iglesia que a través del Beato Juan Pablo II nos dice:
"Algunas convicciones se revelan especialmente necesarias y fecundas en la labor formativa. Antes que nada, la convicción de que no se da formación verdadera y eficaz si cada uno no asume y no desarrolla por sí mismo la responsabilidad de la formación. En efecto, ésta se configura esencialmente como «auto-formación»." (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Cristifideles Laici ¾Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo¾, n. 63).
"El proceso educativo lleva a la fase de la autoeducación, que se alcanza cuando, gracias a un adecuado nivel de madurez psicofísica, el hombre empieza a «educarse él solo»." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).
61.  La autoeducación es por tanto un objetivo esencial de la educación que los padres tenemos que conseguir en nuestros hijos; que ellos asuman su deber-derecho de educarse y buscar la verdad toda la vida. Y es la educación en el hogar la que ofrece la mejor posibilidad para este aspecto (y para los demás, obviamente).
62.  Es importante entender, por tanto, que educarse en familia, es decir, la educación en el hogar parte de otro planteamiento distinto al tradicional sistema escolar. De hecho la educación en el hogar ofrece las posibilidades de implementar los lineamientos adecuados que la ciencia educativa ha aportado a la humanidad, cosa que la educación del sistema escolar se aleja de ellos.
63.  El desarrollo cultural es por tanto proporcionar a los hijos esa cultura básica que todo ser humano necesita para desarrollar posteriormente otras disciplinas que el educando decida en orden a realizar la vocación que Dios le pida. Pero este proporcionar no es bajo el sistema escolarizado, sino bajo el sistema natural de la familia que guía, dirige y fomenta el amor a la verdad, al bien y a la belleza que llevan a esa Verdad, Bien y Belleza que es Dios mismo.



CAPITULO 4: LA EDUCACIÓN ESPIRITUAL


64.  Este capítulo no pretende decir cómo tiene que ser la educación espiritual, ni dar criterios o directrices al respecto (esto quizá podría ser tema de otra obra). También es verdad que respecto a la vida y crecimiento espiritual ya existe mucha información; y además cada familia siguiendo la Voluntad Divina descubrirá qué camino y prácticas espirituales Dios quiere para su familia.
65.  En este capítulo abordaremos el aspecto de la importancia sobre la educación espiritual de los hijos y de la importancia de este crecimiento espiritual en la familia como el fundamento de su vida y desde donde parte la vida, criterios, decisiones, organización y estructura de la familia.
66.  La educación espiritual es el centro de la educación del ser humano. Como decía San Agustín respecto a Dios:
“…nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti.” (Confesiones).
67.  Y también el Magisterio de la Iglesia:
"Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la bienaventuranza eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien. (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1711).
68.  Nuestra plenitud, el sentido de nuestra vida y la felicidad están ligadas a nuestra relación con Dios. En la medida en que nuestra relación con Dios aumenta, vamos adquiriendo mayor plenitud como seres humanos. Esta relación nos lleva a unirnos cada vez más a Jesús y por tanto a asemejarnos cada vez más a Él. San Juan de la Cruz lo explica así:
 “la propiedad del amor es igualar al que ama con la cosa amada” (Cántico B, canción 27)
69.  Esto quiere decir que entre más amemos a Dios, más nos vamos a asemejar a Él y adquiriremos mayor plenitud y realización, con lo cual también la dicha y felicidad interiores aumentarán.
"El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por Él y a causa de Él." (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2093).
"Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección." (Colosenses 3, 14).
70.   Este amor a Dios nos lleva a una unidad cada vez mayor con Él y a amar al prójimo en orden a Él. Y amar a Dios significa principalmente hacer su voluntad:
"No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial." (Mateo 7:21).
71.  Este es el corazón y el objetivo del camino que nos ha dejado Jesús. En esta cita está prácticamente dicho todo; para entrar en el Reino de los Cielos hay que hacer la Voluntad de Dios, no hay otro camino. El seguir a Cristo significa esto; si no hacemos la Voluntad de Dios no estamos siguiendo a Cristo. Porque seguir a Cristo ¾ser cristiano¾ significa imitarlo, porque Él es el Camino (cfr. Juan 14, 6). ¿Y a qué vino al mundo? Veamos lo que Él mismo dice:
"...porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado." (Juan 6:38).
72.   Por lo tanto, también nosotros tenemos que decir: «hemos venido al mundo no para hacer nuestra voluntad, sino la de Dios»; y no solamente decirlo sino hacerlo vida. Y esta voluntad está expresada precisamente en la Revelación Divina y plasmada en la vida de Cristo que es nuestro Camino, es decir, es el modelo que nos pone el ejemplo, es el Maestro a imitar. Pero también tenemos que aplicarlo a los detalles y decisiones de nuestra vida en particular, para escoger lo que Dios quiere que escojamos entre los diversos caminos y bienes que nos ofrece la vida. Esto implica de nuevo una espiritualidad profunda con Dios.
"Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él." (1 Juan 2, 6).
73.   En la vida espiritual y en la santificación ésta es la diferencia: o trabajamos con todas nuestro ser para realizar la Voluntad de Dios en todas nuestras acciones o sencillamente no lo hacemos y no nos interesa, y entonces nos enfocamos a hacer nuestra voluntad, sin importarnos si coincide o no con la de Dios. Es decir o vivimos para Dios o acabamos viviendo para nosotros o para otras cosas que no son Dios. O vivimos para seguir a Jesús y hacer su voluntad o seguimos viviendo para nuestra voluntad y nuestras cosas, nuestros proyectos, nuestros bienes, etcétera.
74.   De hecho los sacramentos, la Palabra de Dios, la oración, la Misa, etcétera son para tener la luz para conocer la Voluntad de Dios y tener la fuerza para cumplirla. Si no es así corremos el riesgo de caer en una tibieza espiritual (que a Dios no le gusta[5]) y estar en un estado de confort en donde pensamos que somos muy buenos porque solamente vamos a Misa, nos confesamos de vez en cuando y no hacemos según nuestro criterio cosas graves.
75.   Es decir, caemos en una religión solamente de cumplir algunas prácticas, pero sin una conversión verdadera, sin una entrega total a Cristo que nos lleve a seguir a Jesús, ser discípulos de Él de todos los días y que busquemos de corazón agradarlo en todo y vivir para Él, no para nosotros; vivir para hacer su Divina y Bondadosa Voluntad que es Vida, Amor y Delicia y no nuestra voluntad o la de algún otro.
76.   Y la finalidad principal de la educación en el hogar y que tiene que integrar lo demás es precisamente ésta: que los hijos se formen en la voluntad de Dios, que para ellos sea lo principal en su vida hacer la voluntad de Dios; de esta manera se entra al Reino de Dios y este Reino empieza de alguna manera a venir a la Tierra: “venga tu Reino” (Mateo 6, 10); además también de ganarse la vida eterna. El hogar tendría que ser por tanto la escuela de la Divina Voluntad.
77.   En la Sagrada Familia todo era Voluntad Divina, todos vivían para hacerla vida en cada uno de sus actos o acciones. Esta Sagrada Familia también desea ser nuestro modelo y nuestra guía. Pero además, de alguna manera, nos quiere abrazar para pertenecer a ella. Es como si la Sagrada Familia creciera en la medida que una persona y sobre todo una familia viven para hacer la Voluntad de Dios. En la Sagrada Escritura Jesús nos invita a pertenecer a Él como familia precisamente haciendo su Voluntad:
"Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre." (Mateo 12, 50).
78.   La oración, la lectura y meditación de la Palabra de Dios, los sacramentos, etcétera; es decir, la vida espiritual nos tiene que llevar a este objetivo: Hacer la Voluntad de Dios. Es por eso que la educación espiritual es el centro y finalidad de la educación que los padres tienen que dar a sus hijos para que estos hijos tengan como objetivo central de sus vidas Hacer la Voluntad de Dios. Y esta Voluntad Divina dirija todas sus acciones: estudio, trabajo, vocación, decisiones, etcétera.
79.   La vida espiritual tiene que llevarnos como hemos mencionado a una conversión del corazón, enamorarnos del Amor que es Dios mismo. Y deleitarnos en una vida de seguimiento y de vivencia en su adorable Voluntad.

CAPITULO 5: LA EDUCACIÓN PARA LA VOCACIÓN


80.   Al vivir una vida espiritual enfocada a realizar y hacer vida la Divina Voluntad, la cuestión de la vocación es una consecuencia. Veamos un aspecto de lo que dice el diccionario sobre la vocación:
Vocación: "Inspiración con que Dios llama a algún estado, …" (Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española).
81.   Respecto a la vocación, el diccionario afirma que es una inspiración por la que Dios llama a alguien a cierto estado. La vocación es por tanto un llamado de Dios. Dios llama a alguien a que realice algo o viva de algún modo. Podríamos afirmar que también es una misión. También podríamos decir que la misión a la que Dios nos llama a la vida puede tener también muchas manifestaciones e incluso varias sub-vocaciones que van completando la vocación principal a la que Dios nos llama a la existencia.
82.   Y la vocación principal a la que Dios nos ha llamado es su Divina Voluntad. Tendríamos que decir con Jesús, nuestro modelo y camino:
"...porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado." (Juan 6:38).
83.   Claro que en términos generales la Voluntad de Dios es lo que ha Revelado (el amor, el perdón, el cumplimiento de los mandamientos, etc.); pero también están los caminos concretos a los que llama a cada quien a cumplir su Voluntad (sacerdote, casado, religioso, etcétera). Y además estos caminos concretos se desglosan en otros aspectos: sacerdote diocesano, sacerdote religioso, casado y además médico o casado e ingeniero, etcétera. Y así podemos seguir en muchos detalles que son consecuencia de las decisiones que se van tomando en la vida.
84.   Cuando una persona decide vivir para Dios y, por tanto, para hacer su Voluntad, estas decisiones son de acuerdo a la Voluntad Divina. De esta manera Dios va tejiendo la vida de cada quien, logrando con ello el cumplimiento pleno de la misión de esa persona de acuerdo a la Voluntad Divina; y la vida de esa persona llega a una realización y bellezas plenas, que se derivan en dar mucho fruto.
85.   La labor educativa de los padres es inculcar este enfoque de la vocación de los hijos para que ellos la busquen, la descubran con toda la responsabilidad y seriedad que esto conlleva y encaren este compromiso con el amor y la entrega que Dios espera.
86.   Por lo tanto los padres no podemos imponer la vocación porque nosotros no somos Dios y estaríamos invadiendo terrenos que no nos corresponden, nuestra labor es ayudar a los hijos a descubrir su vocación respectiva, apoyarla, acompañarlos y hacerles ver la seriedad de su llamado sea cual sea, y por tanto de su respuesta amorosa a Dios que llama.
87.   La educación en casa permite este objetivo educativo con toda plenitud, ya que al estar con los hijos en gran cercanía se les puede conocer muy bien, ver sus debilidades y sus fortalezas, conocer desde pequeños sus aptitudes, cualidades, dones y gustos; de esta manera se puede abordar el aspecto de la vocación con gran eficacia.
88.   Tristemente en el sistema escolarizado hay mucha desorientación sobre el descubrimiento de la propia vocación; además de que los horarios que maneja aísla a los hijos muchas horas al día de la vista de los papás, lo cual dificulta a los padres el conocimiento de sus hijos que a su vez limita el poder ayudarlos para que ellos se conozcan a sí mismos. Es obvio que este aislamiento no afecta solamente el aspecto de la vocación, sino también el emocional y espiritual (cuestiones que ya ha estudiado a fondo la psicología, la antropología humanista y la pedagogía; y para muestra de cómo este aislamiento ha perjudicado a la sociedad basta ver las estadísticas sociales, como las del inicio del libro).
89.   Una reflexión importante es pensar en la clase de mundo que tendríamos si cada habitante del planeta cumpliera con la vocación que Dios le pide y de la manera en como se la pide. Y no solamente el asunto de la vocación sino que cada habitante en cada cosa que hace y en cada momento de su vida hiciera la Voluntad Divina. Obviamente tendríamos otro mundo, muy cercano a un paraíso. Y de esta manera permitiríamos que Dios reinara plenamente en cada corazón y en toda la humanidad.
90.   Por eso hay que dejar que sea la Sabiduría Divina la que decida las cosas. Solamente Ella sabe qué nos conviene, como individuos, como familia y como humanidad. Ella sabe cuántos hijos conviene tener a cada familia, qué diseño educativo específico les conviene, qué vocaciones les conviene y le conviene al mundo, cuántos esposos, cuántos sacerdotes, cuántos artistas, cuántos ingenieros, cuántos matemáticos, etcétera. 
91.   Si nos soltáramos a su Voluntad, Dios gobernaría en cada decisión y de esta manera su Reino crecería en el mundo. Los padres de familia tenemos una responsabilidad muy grande en todo este plan Divino.
92.   El plan del Querer Divino es que Dios quiere amar y educar a través de los padres de familia; es decir, que la Paternidad Divina pase a los hijos a través del padre y la madre. Tenemos que permitir que Dios sea el que eduque en nuestro hogar. Por eso es necesario que los padres de familia se unan lo más posible a Dios y sean obedientes a su Voluntad.
93.   En este sentido no estamos solos para esta gran tarea, trabajamos en equipo con Dios y bajo la guía de su Sabiduría infinita. Que además es todopoderoso y es la bondad misma. Por eso sin temores eduquemos como Dios quiere.
“¡No tengan miedo! Abran de par en par las puertas a Cristo” (Juan Pablo II, 22 octubre 1978).
94.   Abramos entonces las puertas de la educación en el hogar y de nuestra alma a Cristo.




CAPITULO 6: ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA EDUCACIÓN EN CASA


"El educador es una persona que «engendra» en sentido espiritual. Bajo esta perspectiva, la educación puede ser considerada un verdadero apostolado. Es una comunicación vital, que no sólo establece una relación profunda entre educador y educando, sino que hace participar a ambos en la verdad y en el amor, meta final a la que está llamado todo hombre por parte de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo." (Juan Pablo II, Carta a las Familias, n. 16).
95.   Educarse en familia es por tanto la manera natural de educar. Si vemos con profundidad las cosas, podemos ver que es la manera ordinaria que Dios quiere que eduquemos a los hijos. El ejemplo más palpable es la Sagrada Familia que es nuestro modelo.
96.   Si volvemos a los orígenes, cuando Dios crea a la primera pareja y da inicio la primera familia de Adán y Eva, es obvio que no había escuelas. Fueron Adán y Eva los que educaron a sus hijos. Esta educación cumple con el fundamento de la educación que es que el conocimiento, la verdad, tiene que transmitirse a través del amor. Y no hay mayor amor para los hijos en este mundo cuando son hijos de familia que el amor de sus padres.
97.   No hay otro valor mayor en Cielos y Tierra que el amor. Y en el plan de Dios ese es el cometido de la familia y del matrimonio; que dos personas de sexo opuesto se unan en amor verdadero toda la vida y fruto de este amor traigan a la existencia con la intervención Divina (que crea el alma) nuevas personas humanas imágenes de Dios para educarlas en el amor y puedan acceder al Reino de los Cielos, en donde el amor está hasta en el “aire que se respira”. Y este amor parte de la Voluntad Divina.
98.   En lo que hemos visto está suficiente información para reflexionar, pensar y meditar sobre la educación en casa e incluso estructurar y diseñar un plan educativo para el hogar. Una vez que se decide hay que empezar a trabajar y enfocarse.
99.   En este momento veremos algunas recomendaciones, fruto de la experiencia familiar, profesional y de otras familias que hemos conocido o acompañado en esta fascinante educación en el hogar.

Decidirse pero no empezar (la planeación eterna)

100.   Hay personas que han tomado la decisión de hacer educación en el hogar, sacan a sus hijos del colegio o escuela pero pasa el tiempo y no empiezan; lo posponen, lo posponen y lo posponen. Planean y vuelven a planear y no se inicia la educación.
101.  Las razones pueden ser múltiples: inseguridad, miedo, irresponsabilidad, flojera, negligencia, falta de disciplina, inconstancia, egoísmo, superficialidad, falta de reflexión, etcétera.
102.   Un aspecto básico de la educación es la formación de hábitos buenos (virtudes); y los hábitos se forman con la constancia y la repetición de una acción o conducta. Por tanto no empezar es dejar a los hijos a la deriva (como ovejas que no tienen pastor[6]), sin adquirir hábitos espirituales, culturales, intelectuales y sobre todo de la voluntad que es tan importante; todo esto puede afectar a los hijos en la disciplina, responsabilidad y muchas otras cosas más. Aquí lo importante es empezar. Hacer un plan sencillo; que incluya los aspectos fundamentales (desarrollo cultural, vocación y vida espiritual) y sobre la marcha se realizan ajustes.
103.   Lo importante es enfocarse en el hecho de que es el amor por el que se transmite el conocimiento y la verdad (que es lo que proporciona la educación en el hogar) lo importante, no tanto el método en específico. Y por este eterno planear ¡los hijos no son educados en el hogar!

Metoditis

104.   Este aspecto está relacionado con el anterior. Muchos padres o madres de familia están buscando eternamente “el mejor método para enseñar”; cuando como mencionamos anteriormente el mejor “método” son ellos. Es su amor, su presencia personal con cada uno de sus hijos lo que marca la diferencia.
105.   Entonces estas personas invierten mucho tiempo en buscar el mejor método para aprender una cosa y si después alguien les dice de otro dudan o cambian al otro, e invierten ahora tiempo en aprender el otro método y así se la pueden llevar mucho tiempo; y ¡los hijos no son educados en el hogar!

Falta de disciplina y constancia

106.   A veces los padres o alguno de ellos no es constante y disciplinado en sus actividades o deberes. Esto obviamente perjudicará a los hijos; incluso hagan o no hagan educación en el hogar. Esto refleja deficiencias serias en la persona (el padre o la madre) y está muchas veces relacionado con la irresponsabilidad.
107.   Si un progenitor se encuentra en esta situación es importante que modifique esta conducta, pues perjudicará a los hijos y como insistimos, los perjudicará haga o no educación en el hogar— incluso si fuera necesario le convendría buscar una ayuda adecuada para cambiar esta situación. Y esta inconstancia y falta de disciplina fácilmente contagiará a los hijos y además impedirá que ¡los hijos no sean educados en el hogar!

Falta de prioridad y distracciones

108.  Esta es una trampa muy sutil y fácil de caer. Las distracciones pueden ser variadas. Desde cuestiones imprevistas: llamadas telefónicas (hay personas que pierden mucho tiempo en esto), visitas, vida social, necesidad de estar en la calle, etcétera; hasta comprometerse en cosas muy nobles (porque se piensa que hay más tiempo por educar en el hogar) pero que no son la prioridad para unos padres de familia.
109.   Esto no quiere decir que no se pueda uno involucrar en otras actividades, pero existen prioridades; y no es correcto descuidar lo más importante por lo menos importante. Para unos padres de familia, su prioridad son sus hijos y su educación. Lo demás se podrá hacer, siempre y cuando no se descuide lo primero.
110.   Lo que es claro es que para los que Dios llama a la paternidad, su Divina Voluntad es que la prioridad para ellos sean sus hijos:
"Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.»" (Marcos 9, 36-37).
"Si tienes hijos, edúcalos" (Eclesiástico 7, 23).
"El derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial… como original y primario,… por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos" (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Familiaris Consortio ¾La Familia en los Tiempos Modernos¾, n. 36).
"El derecho-deber educativo de los padres se califica como… insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros." (Juan Pablo II, exhortación apostólica: Familiaris Consortio ¾La Familia en los Tiempos Modernos¾, n. 36).
111.   Esta prioridad que Dios quiere está fuera de dudas; por tanto, las otras actividades complementarias o extras en nuestra vida, por muy nobles que sean (incluso otros apostolados en la Iglesia) tendrán que discernirse y analizar si realmente Dios nos lo pide. Y si realmente es Dios el que nos está pidiendo esta actividad extra, entonces no afectará a la misión principal a la que Dios nos ha llamado que es la educación y formación de nuestros hijos.
112.   Puede pasar incluso que por institucionalizar, legalizar o promover la educación en el hogar se descuide la educación de los propios hijos. Hemos conocido el caso de personas que al decidirse hacer educación en el hogar estuvieron muy enfocados por legalizar, institucionalizar e incluso promover esta educación y después acabaron devolviendo a sus hijos al sistema escolar. Por otro lado, teniendo ya los programas de la SEP no tiene mucho sentido buscar más legalizaciones.
113.   La mejor promoción es el ejemplo (así como en le evangelización) y las otras acciones tienen fuerza a partir de este ejemplo coherente. También es verdad que por los signos de los tiempos este tipo de educación se ha retomado para quedarse e irá cada vez difundiéndose más. Y se ha retomado porque el fundador es Dios cuando instituyó la familia con nuestros primeros padres y luego el modelo perfecto de la Sagrada Familia[7].
114.   También es válido que existan grupos que tratan de estructurar institucionalizar  y promover la educación en el hogar; pero hay que cuidar, por un lado el no descuidar la propia educación de los hijos por dedicarle demasiado tiempo a estas actividades, y por otro el no institucionalizar y estructurar tanto la educación en el hogar que se cae otra vez en los errores educativos del sistema escolar tradicional.
115.   No se olvide que la educación en el hogar es personalizada a cada hijo y a cada familia; es decir que dos educaciones en casa pueden ser diferentes y además válidas y bien hechas las dos. Porque una de las bondades más importantes de este tipo de educación es la libertad en el diseño que tienen los padres de familia  para hacer en su hogar, ya que por ley divina y ley natural tienen el derecho de elegir la educación de sus hijos.
116.   Esta libertad en el diseño educativo en la educación en el hogar permite que cada familia diseñe precisamente su educación de acuerdo a lo que Dios les pida en particular, de acuerdo a la Divina Voluntad y vocaciones que Dios pida a cada hijo de esa familia. De esta manera se colabora además en la extensión del Reino de Dios en el mundo.
117.   Por lo mismo hay que aplicar bien las prioridades y no distraerse en otras cosas. Y aunque es válido estructurar y promover la educación en el hogar hay que cuidar que los excesos, malas decisiones o falta de discernimiento no nos lleven a la paradoja de que ¡los hijos no sean educados en el hogar!

Querer hacer educación en el hogar sin verdadera convicción

118.  Esto también suele pasar. Hay personas que deciden hacer educación en el hogar por cuestiones económicas, por ejemplo. Están pasando una crisis económica y ven la posibilidad de ahorrarse unas colegiaturas. Realmente esto no es una buena decisión, para hacer educación en el hogar hay que tener convicción fruto de la reflexión, el amor a la verdad y del discernimiento (aunque esta convicción crezca con la buena práctica). Es necesario que los padres lo hagan porque están convencidos de que es la mejor educación para sus hijos.
119.   También existen personas que son superficiales, que no reflexionan, que no aman la verdad realmente y se mueven por emociones y sentimientos. Entonces se entusiasman con lo de la educación en el hogar, pero cuando acaba el entusiasmo… se acabó la educación en el hogar. Es recomendable que estas personas también cambien o busquen ayuda, porque esta manera de ser emocional y sentimental también perjudicará a sus hijos, hagan o no educación en el hogar. Por lo tanto, cuando no hay verdadera convicción, no se hará una auténtica educación en el hogar y ¡los hijos no serán educados en el hogar!

“Demasiadas” clases particulares

120.   Las clases particulares son por supuesto un apoyo en la educación en el hogar. Y que tienen que usarse dentro de los criterios que hemos hablado y por tanto dentro del diseño educativo hecho por los padres; el cual a su vez depende del aspecto cultural, espiritual y vocacional, así también como las competencias particulares de los padres y de los hijos.
121.   Pero lo que tenemos que cuidar es no exagerar en las clases particulares y que de nuevo se caiga en lo mismo del sistema escolar, solamente con nombre diferente. Y lo más perjudicial es que la educación no es realizada por el amor de los padres y con los padres en persona. Lo cual es la esencia de la educación en el hogar.
122.   Si los hijos tienen demasiadas clases particulares, entonces estas clases se roban el tiempo que le correspondería a los padres dedicar a los hijos, igual que el sistema escolar se lo roba. Lo razonable es alrededor de no más de 30% del tiempo en clases particulares, para que el 70% sea en el amor de los padres y en el hogar (también hay variaciones según la edad de los hijos; entre más pequeños, menos tiempo de clases particulares). Por tanto cuidemos este aspecto, ya que además del exceso de clases se invierte mucho tiempo en trayectos, traslados y ¡los hijos no son educados en el hogar!

Egoísmo

123.   El egoísmo es un cáncer para la familia; el Papa Pablo VI afirmó:
"el egoísmo, enemigo del verdadero amor" (Papa Paulo VI, Humanae Vitae ¾La Regulación de la Natalidad¾, n. 21).
124.   El Papa lo expresa como el enemigo del amor. Y si es el amor en lo que se fundamenta una familia armónica y feliz, pues el egoísmo es un cáncer que mata el hogar.
125.   Este egoísmo es fruto de una inmadurez en la persona humana y falta de una conversión de corazón en donde el Espíritu Santo llena con su amor. Cuando un padre o madre de familia tiene un egoísmo considerable, acabará destruyendo la familia o afectándola en algún grado.
126.   Una persona que se ha decidido por el matrimonio tiene que estar consciente de la seriedad de esta vocación y que exige la entrega de sí mismo a este proyecto de Dios. A estas alturas la persona tienen que ser capaz de realizarse en buscar el bien de los otros y no ponerse por encima de los demás. Para un padre o madre de familia que su trabajo, su deporte, su vida social, sus amigos, su bebida o incluso ciertos apostolados, están por encima del cónyuge y sus hijos, tiene un problema serio. Hay que aclarar también que actividades nobles (apostolados, voluntariado social, etc.) pueden estar contaminadas en la persona por egoísmos, apegos o evasión de las responsabilidades familiares.
127.   Por supuesto que este egoísmo daña mucho a los hijos y a la familia, se hago o no educación en el hogar. Igualmente las personas que tienen este problema les conviene cambiar o busca una ayuda adecuada, porque las consecuencias son muy desafortunadas y ¡los hijos no son educados en el hogar!
128.   Estos han sido algunos aspectos que pueden ser de utilidad a personas que hacen o están pensando hacer educación en el hogar. Obviamente no son reflexiones exhaustivas y este es un tema que posiblemente no tenga fin.



CAPITULO 7: CONCLUSIÓN


129.   La educación en el hogar es la educación natural en donde la humanidad tiene que formarse. La educación escolarizada tendría que ser solamente subsidiaria en este sentido. En esta educación en el hogar son los padres los directores y guías, realizando en su amor un enfoque personalizado de la educación de cada hijo.
130.   Existen tres aspectos fundamentales en la educación en el hogar: el desarrollo cultural, la vida espiritual y la vocación. Todo esto derivado de contemplar nuestro modelo que es la Sagrada Familia; la cual educó a Jesús en el hogar con todo el amor y seriedad que implica esta misión, sin distraerse en otras cosas.
131.  Esta educación tiene que culminar en la vida eterna; y en este contexto los hogares se convierten en escuelas de la Divina Voluntad escuelas del FIAT Divino en donde se enseñen a los hijos la ciencia de Dios, el hacer su Divina Voluntad para entrar al Reino, pero también para extender ese Reino en la Tierra.
132.  Y para esta hermosa misión no estamos solos, tenemos la ayuda de la Sagrada Familia, de la Familia Divina Padre, Hijo y Espíritu Santo y del Cielo. Es una misión de generosidad, de entrega de un gozo podríamos decir: divino. Todo sacrificio vale la pena por cumplir esta bellísima misión de colaborar con nuestro Dios en la formación y crecimiento de sus imágenes divinas.
133.   Hay que recibir a nuestros hijos, pero no solamente físicamente, sino también en nuestro corazón, no dejarlos afuera; son nuestro tesoro, son proyecto de Dios y es un privilegio ser llamado a esta obra. Pues educamos para la patria Celestial.
"Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.»" (Marcos 9, 36-37).



SOBRE EL AUTOR

El autor tiene preparación en antropología humanista, ética, ciencias de la educación, psicología, ciencias de la familia e ingeniería química.
Profesionalmente se ha enfocado a ayudar a familias en dificultades sobre educación de los hijos, aspectos de pareja y problemas emocionales como falta de control emocional, depresión, ansiedad, impulsividad, explosividad, resentimientos, heridas afectivas, etcétera.
Colabora en la Fundación FOCO para la Familia y LLAVE para la Familia
Autor del libro: "Catequesis Matrimonial" editado por MiNos III Milenio año 2006
Conferencista sobre temas matrimoniales, familiares, antropológicos y éticos.
Otros libros:
"Reflexiones Matrimoniales" 
"Introducción al pensamiento ético de Karol Wojtyla"
“Hacer la Voluntad de Dios”
"Misión y Funcionamiento de una casa hogar para niños"
 
Artículo:
Educación sobre salario (Revista expansión, diciembre 12 del 2001).
    
    Contacto: fundacionfoco@hotmail.com








[1] Este natural tiene el sentido de naturaleza; de ver cómo son las cosas, cómo es la manera de ser de cada cosa y seguir esa naturaleza.
[2] Aristóteles, Metafísica, libro 1, capítulo 1.
[3] Cfr. Hebreos 4, 15
[4] Volitivas se refiere a la facultad de la voluntad.
[5] Cfr. Apocalipsis 3, 15-16
[6] Mateo 9, 36
[7] Tampoco hay que hacer a un lado el sistema de gremios y de oficios que prevalecieron en otras épocas y que tenían un entrenamiento familiar.