CUARTO CAPÍTULO: La educación primaria en la Edad Media.
No vamos a entrar en lo que serían las fuentes de la cultura medieval, los arroyos que desembocan en el río de la cultura medieval. Estos fueron la vertiente patrística y el aporte judío e islámico, sino que vamos a adentrarnos directamente en lo que serían los tres niveles de la educación: Primaria, secundaria y universitaria.
"Si bien no
se empleaba la denominación que ahora usamos de «enseñanza primaria», era un
hecho que normalmente los chicos iban al colegio. Por lo general, se trataba
del colegio anexo a la parroquia. Todas las parroquias, en efecto, tenían obligación
de crear una escuela y de proveerla suficientemente. En 1179, el Concilio de
Letrán había hecho de ello una exigencia estricta. Por aquel entonces era
común, y hoy lo sigue siendo en regiones tradicionales, incluso en nuestra
Patria, encontrar contiguas la iglesia, la escuela y el cementerio.
Así, pues,
en la base de la enseñanza medieval estuvieron las escuelas parroquiales, que
correspondían a lo que nosotros llamamos «escuelas primarias». Como con mucha frecuencia
las parroquias dependían de los Señores, eran éstos quienes en realidad fundaban
la escuela y la mantenían. La enseñanza se impartía en un local colindante con
la iglesia, o a veces en el interior mismo del templo. El maestro no solía ser
el párroco sino un simple fiel, quien era mantenido sea por alguna persona
adinerada, sea más generalmente por sus propios alumnos, quienes le retribuían
en especies, habas, pescado, vino, y, rara vez, con algún sueldo.
¿Cuál era el
contenido de su enseñanza? Ante todo, la doctrina cristiana –el catecismo–, y
también la lectura, la escritura, el arte de «fichar» –es decir, de contar con
fichas–, ciertas nociones de gramática, ya veces algunos rudimentos de latín
para poder entender mejor la liturgia. Como los libros eran prácticamente
inencontrables, se los suplía con carteles murales, hechos con pieles de vaca o
de oveja, sobre los cuales se escribía lo que se quería enseñar, por ejemplo,
los números, las letras, los catálogos de las virtudes y de los vicios.
Puédese así
afirmar que en los siglos XII y XIII, la mayor parte de los países de Occidente
conoció un sistema de instrucción elemental bastante desarrollado."
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